jueves, 31 de enero de 2013

Olvidando el desconocimiento de la flexión nominal del autor, es bastante gracioso:


Correo perturbador del profesor de Literatura

Como les dije,
sean puntuales
y acudan al examen sin NADA:

ni libros, ni fotocopias, ni apuntes, ni apuntes de apuntes, ni fotocopias de fotocopias de libros, ni NADA.

Sólo el DNI, claro, y una santa pluma, eso sí, o bolis, o unos santos bolis y pluma, o bolis y plumas, o lápices varios y boli o pluma de plumas, o vayan ustedes a saber qué. O cualquiera de estas combinaciones para que les den paz y les iluminen frente a los velos malignos del examen.

Ah, y sobre todo, no traigan
bolsos ni bolsas. Ni toallas. NI MÓVIL (a ser posible).

Suerte,
aunque un golpe de dados tiernos jamás abolirá el azar.

Atte.
JLF"

Nada de chuletas en toallas, señores. NADA. DE. CHULETAS. EN. TOALLAS.

viernes, 25 de enero de 2013

Ars absurdi

Dos amigos que no se han visto desde diez años atrás se encuentran en una de las calles más transitadas de la capital en la cual ambos residen. El más alto de los dos reconoce a su antaño compañero gracias al anorak morado que acostumbraba a vestir.
- Hombre, ¡Pedro! - saluda.
- Marciano, por los hados, ¡cuántos años! - responde.
- Ya lo creo, pero menos de mil seguro.
- Uff, menos mal.
- ¿Qué ha sido de ti, amigo?
- Tengo un coche nuevo, una finca con piscina, terrenos, no trabajo porque me casé con una viuda rica y ahora mismo venía de ahogar en el río al hijo que tuve con ésta.
- Vaya, lo típico, siento decirte que mi vida ha estado mucho más llena de aventuras: me hice filósofo y me gano de vida en el ágora junto con mi compinche Sócrates. Sócrates es este cachorrito que traigo en el bolso - le abre su bolsa y aparece la amable cabecita de un gatito.
- Y, ¿qué ibas a hacer ahora?, ¿vendrías a comer algo, así nos quedamos en silencio mirándonos, como en los nuevos tiempos?
- Me encantaría, créeme, Pedro, mas ahora mismo me dirigía a la vía del tren, puede que hoy por fin cometa el eauto-homicidio. Me siento enérgico y lleno de ahínco para realizarlo.
- Pues es lo mejor que puedes hacer, ciertamente. Yo no tardaré mucho, igual dentro de unos mesecitos ya me atrevo. Estoy ahorrando un poquito para un buen traje para la ocasión.
- En ese caso, amigo, espero no volverte a ver nunca.
- Lo mismo te digo, ¡Hasta nunca, qué vaya bien!

lunes, 14 de enero de 2013

II. ÉGLOCAS LATINAS: Virgilio y las Bucólicas

Todos los seres que existen en la tierra tienen en común el dolor y la derrota, el amor y la búsqueda de una respuesta que nunca llega a su angustia.

jueves, 3 de enero de 2013

Hans Robert Jauss- La historia literaria como provocación de la ciencia literaria

“Si denominamos distancia estética a la existente entre el horizonte de expectativas previo y la aparición de una nueva obra cuya aceptación puede tener como consecuencia un “cambio de horizonte” debido a la negación de experiencias familiares o por la toma de conciencia de experiencias nuevas, entonces esa distancia estética se puede objetivar históricamente en el espectro de las reacciones del público y el juicio de la crítica: Existieron dos obras coetáneas: Madame Bovary y Fanny de Feydeau. Ésta última cayó en el olvido, pero ambas tenían como misión satisfacer las expectativas de un público que, como afirmó Baudelaire, estaba abjurado de todo romanticismo. El tema trivial del adulterio que retoman sendas obras en un entorno burgués da un giro sensacional al triángulo amoroso gracias a la inclusión de los celos. Las dos obras son consideradas como “réalisme”, y el distinto éxito de las obras deriva del horizonte de expectativas de los lectores de 1857, quienes no esperaban avances en el ámbito novelístico tras la muerte de Balzac: pero Flaubert supo innovar mediante su “narración impersonal” , mientras que Fanny ofrecía defectos por su estilo florido y clichés autobiográficos. Así pues, Mme Bovary alcanzó el punto crucial en la historia de la novela pues demuestra, por una parte, cómo la nueva forma estética puede conllevar consecuencias morales , y, por otra parte, por el escándalo que causo su juicio por la “ofensa de las buenas costumbres”, del cual salió sin cargos alegando que se trataba de una visión subjetiva de un personaje, porque Emma Bovary es <>: ¿Qui peut condamner cette femme dans le livre? Personne. Telle est la conclusión. No obstante, existen más ejemplos de relación entre literatura y moral canonizada, véase Brecht o Schiller con su sentencia <>".

En s'apercevant dans le glace, elle s'étonna de son visage. Jamais elle n'avait eu les yeus si grands, si noirs, ni d'une telle profondeur. Quelle chose de subtil épandu sur sa personne la transfigurait. Elle se répétait: J'ai un amani!, un amant! se délectant à cette idée comme à celle d'une autre puberté qui lui serait survenue. Elle allait donc enfin posséder ces plaisirs de l'amour, cette fièvre de bonheur dont elle avait déséspéré. Elle entrait dans quelque chose de merveilleux, où tout serait passion, extase, délire...
[Mme Bovary - F.]