sábado, 29 de diciembre de 2012

Félix Vodicka - "La estética de la recepción de las obras literarias"

Una obra que actúa en un lector, influye en su manera de obrar, de pensar y de sentir, pues pasa a formar parte de su vida psíquica.

jueves, 27 de diciembre de 2012

García Lorca -

LOS ENCUENTROS DE UN CARACOL AVENTURERO
Diciembre de 1918. (Granada.)
A Ramón P. Roda.


Hay dulzura infantil
en la mañana quieta.
Los árboles extienden
sus brazos a la tierra.
Un vaho tembloroso
cubre las sementeras,
y las arañas tienden
sus caminos de seda
-rayas al cristal limpio
del aire.-
En la alameda
un manantial recita
3su canto entre las hierbas.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
ignorado y humilde,
el paisáje contempla..
La divina quietud
de la Naturaleza
le dio valor y fe,
y olvidando las penas
de su hogar, deseó
ver el fin de la senda.
Echó a andar a internóse
en un bosque de yedras
y de ortigas. En medio
había dos ranas viejas
que tomaban el sol,
aburridas y enfermas.
Esos cantos modernos,
murmuraba una de ellas,
son inútiles. Todos,
amiga, le contesta
la otra rana, que estaba
herida y casi ciega:
cuando joven creía
que si al fin Dios oyera
nuestro canto, tendría
compasión. Y mi ciencia,
pues ya he vivido mucho,
hace que no lo crea,
yo ya no canto más...
Las dos ranas se quejan
pidiendo una limosna
a una ranita nueva
que pasa presumida
apartando las hierbas.
Ante el bosque sombrío
el caracol se aterra.
Quiere gritar. No puede.
Las rams se le acercan.
¿Es una mariposa?,
dice la casi ciega.
4Tiene dos cuernecitos,
la otra rana contesta.
Es el caracol. ¿Vienes,
caracol, de otras tierras?
Vengo de mi casa y quiero
volverme muy pronto a ella.
Es un bicho muy cobarde,
exclama la rana ciega.
¿No cantas nunca? No canto,
dice el caracol. ¿Ni rezas?
Tampoco: nunca aprendí.
¿Ni crees en la vida eterna?
¿Qué es eso?
Pues vivir siempre
en el agua más serena,
junto a una tierra florida
que a un rico manjar sustenta.
Cuando niño a mí me dijo,
un día, mi pobre abuela
que al morirme yo me iría
sobre las hojas más tiernas
de los árboles más altos.
Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos
nosotras. Creerás en ella,
dicen las ranas furiosas.
¿Por qué quise ver la senda?
gime el caracol. Sí creo
por siempre en la vida eterna
que predicáis...
Las ranas,
muy pensativas, se alejan,
y el caracol, asustado,
se va perdiendo en la selva.
Las dos ranas mendigas
como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
¿Crees tú en la vida eterna?
Yo no, dice muy triste
la rana herida y ciega.
¿Por qué hemos dicho, entonces,
5al caracol que crea?
Porque... No sé por qué,
dice la rana ciega.
Me lleno de emoción
al sentir la firmeza
con que llaman mis hijos
a Dios desde la acequia...
E1 pobre caracol
vuelve atrás. Ya en la senda
un silencio ondulado
mana de la alameda.
Con un grupo de hormigas
encarnadas se encuentra.
Van muy alborotadas,
arrastrando tras ellas
a otra hormiga que tiene
tronchadas las antenas.
El caracol exclama:
hormiguitas, paciencia.
¿Por qué así maltratáis
a vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho.
Yo juzgaré en conciencia.
Cuéntalo tú, hormiguita.
La hormiga medio muerta,
dice muy tristemente:
yo he visto las estrellas.
¿Qué son estrellas?, dicen
las hormigas inquietas.
Y el caracol pregunta
pensativo: ¿estrellas?
Sí, repite la hormiga,
he visto las estrellas.
Subí al árbol más alto
que tiene la alameda
y vi miles de ojos
dentro de mis tinieblas.
E1 caracol pregunta:
¿pero qué son estrellas?
Son luces que llevamos
sobre nuestra cabeza.
Nosotras no las vemos,
las hormigas comentan.
Y el caracol: mi vista
6sólo alcanza a las hierbas.
Las hormigas exclaman
moviendo sus antenas:
te mataremos, eres
perezosa y perversa.
El trabajo es tu ley.
Yo he visto a las estrellas,
dice la hormiga herida.
Y el caracol sentencia:
dejadla que se vaya,
seguid vuestras faenas.
Es fácil que muy pronto
ya rendida se muera.
Por el aire dulzón
ha cruzado una abeja.
La hormiga agonizando
huele la tarde inmensa
y dice: es la que viene
a llevarme a una estrella.
Las demás hormiguitas
huyen al verla muerta.
E1 caracol suspira
y aturdido se aleja
lleno de confusión
por lo eterno. La senda
no tiene fin, exclama.
Acaso a las estrellas
se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
me impedirá llegar.
No hay que pensar en ellas.
Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Campanarios lejanos
llaman gente a la iglesia.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
aturdido a inquieto
el paisaje contempla.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"El trapisondista era un calavera que sólo pensaba en armar zalagardas y embrollos".


lunes, 24 de diciembre de 2012

Y Dickens vuelve a casa por Navidad




Citaría algo de "Canción de Navidad", pero ya estaba anteriormente.
http://www.youtube.com/watch?v=Qw6N3wvb0pQ

domingo, 23 de diciembre de 2012

Odisea - H?

Y mientras Odiseo yacía allí desvelado, meditando males en su interior contra los pretendientes, salieron del palacio riendo y chanceando unas con otras las mujeres que solían acostarse con éstos. El ánimo de Odiseo se conmovía dentro del pecho y lo meditaba en su mente y en su corazón si se lanzaría detrás y causaría la muerte a cada una, o si todavía las iba a dejar unirse por última y postrera vez con los orgullosos pretendientes. Y su corazón le ladraba dentro. Como la perra que camina alrededor de sus tiernos cachorrillos ladra a un hombre y se lanza a luchar con él si no lo conoce, así también le ladraba dentro el corazón indignado por las malas acciones. Y se golpeó el pecho y reprendió a su corazón con estas razones:

¡Aguanta, corazón!, que ya en otra ocasión tuviste que soportar algo más desvergonzado, el día en que el Cíclope de furia incontenible comía a mis valerosos compañeros. Tú lo soportaste hasta que, cuando creías morir, la astucia te sacó de la cueva.




«¿Por qué te burlas de mí, si tengo el ánimo quebrantado por el dolor, diciéndome estos extravíos y me despiertas del dulce sueño que me tenía encadenados los párpados? Jamás había dormido de tal modo desde que Odiseo marchó a la maldita Ilión que no hay que nombrar.
«Pero vamos, baja ya y vuelve al mégaron. Porque si cualquiera otra de las mujeres que están a mi servicio hubiera venido a anunciarme esto y me hubiera despertado, seguro que la habría hecho volver al mégaron con palabra violenta. A ti, en cambio, te valdrá la vejez, por lo menos en esto.»
Y le contestó su nodriza Euriclea:
«No me burlo de tí en absoluto, hija mía, que en verdad ha llegado Odiseo, ha vuelto a casa como lo anuncio y es el forastero a quien todos deshonraban en el mégaron. Telémaco sabía hace tiempo que ya estaba dentro, pero ocultó con prudencia los proyectos de su padre para que castigara la violencia de esos hombres altivos.»




Y le contestó la prudente Penélope:
«Querido mío, no me tengo en mucho ni en poco ni me admiro en exceso, pero sé muy bien cómo eras cuando marchaste de Itaca en la nave de largos remos. Vamos, Euriclea, prepara el labrado lecho fuera del sólido tálamo, el que construyó él mismo. Y una vez que hayáis puesto fuera el labrado lecho, disponed la cama pieles, mantas y resplandecientes colchas.»
Así dijo poniendo a prueba a su esposo. Entonces Odiseo se dirigió irritado a su fiel esposa:
«Mujer, esta palabra que has dicho es dolorosa para mi corazón. ¿Quién me ha puesto la cama en otro sitio? Sería difícil incluso para uno muy hábil si no viniera un dios en persona y lo pusiera fácilmente en otro lugar; que de los hombres, ningún mortal viviente, ni aun en la flor de la edad, lo cambiaría fácilmente, pues hay una señal en el labrado lecho, y lo construí yo y nadie más. Había crecido dentro del patio un tronco de olivo de extensas hojas, robusto y floreciente, ancho como una columna. Edifiqué el dormitorio en torno a él, hasta acabarlo, con piedras espesas, y lo cubrí bien con un techo y le añadí puertas bien ajustadas, habilidosamente trabadas. Fue entonces cuando corté el follaje del olivo de extensas hojas; empecé a podar el tronco desde la raíz, lo pulí bien y habilidosamente con el bronce y lo igualé con la plomada, convirtiéndolo en pie de la cama, y luego lo taladré todo con el berbiquí. Comenzando por aquí lo pulimenté, hasta acabarlo, lo adorné con oro, plata y marfil y tensé dentro unas correas de piel de buey que brillaban de púrpura.
«Esta es la señal que te manifiesto, aunque no sé si mi lecho está todavía intacto, mujer, o si ya lo ha puesto algún hombre en otro sitio, cortando la base del olivo.»
Así dijo, y a ella se le aflojaron las rodillas y el corazón al reconocer las señales que le había manifestado claramente Odiseo. Corrió llorando hacia él y echó sus brazos alrededor del cuello de Odiseo; besó su cabeza y dijo:
«No te enojes conmigo, Odiseo, que en lo demás eres más sensato que el resto de los hombres. Los dioses nos han enviado el infortunio, ellos, que envidiaban que gozáramos de la juventud y llegáramos al umbral de la vejez uno al lado del otro. Por esto no te irrites ahora conmigo ni te enojes porque al principio, nada más verse, no te acogiera con amor. Pues continuamente mi corazón se estremecía dentro del pecho por temor a que alguno de los mortales se acercase a mí y me engañara con sus palabras, pues muchos conciben proyectos malvados para su provecho. Ni la argiva Helena, del linaje de Zeus, se hubiera unido a un extranjero en amor y cama, si hubiera sabido que los belicosos hijos de los aqueos habían de llevarla de nuevo a casa, a su patria. Fue un dios quien la impulsó a ejecutar una acción vergonzosa, que antes no había puesto en su mente esta lamentable ceguera por la que, por primera vez, se llegó a nosotros el dolor.
«Pero ahora que me has manifestado claramente las señales de nuestro lecho, que ningún otro mortal había visto sino sólo tú y yo y una sola sierva, Actorís, la que me dio mi padre al venir yo aquí, la que nos vigilaba las puertas del labrado dormitorio , ya tienes convencido a mi corazón, por muy inflexible que sea.»

sábado, 22 de diciembre de 2012

Odisea - H

"Así estos conversaban. Y un perro que estaba echado, alzó la cabeza y las orejas: era Argos, el can del paciente Ulises, a quien éste había criado, aunque luego no se aprovechó del mismo porque tuvo que partir a la sagrada Ilión.

Anteriormente llevábanlo los jóvenes a correr cabras montesas, ciervos y liebres; mas entonces, en la ausencia de su dueño yacía abandonado sobre mucho estiércol de mulos y de bueyes que vertían junto a la puerta a fin de que los siervos de Ulises lo tomasen para abonar los extensos campos: allí estaba tendido Argos, todo lleno de pulgas.

Al advertir que Ulises se aproximaba, le halagó con la cola y dejó caer ambas orejas, mas ya no pudo salir al encuentro de su amo. Entonces Ulises, que le vio desde lejos, se enjugó una lágrima sin que se percatara Eumeo y le preguntó: 'Eumeo, es extraño que este perro esté tumbado entre el estiércol. Su cuerpo es hermoso; aunque ignoro si, con tal belleza, era rápido en la carrera, o era como esos perros falderos que crían los señores por lujo'.

Y tú le respondiste así, porquerizo Eumeo: 'Ese can perteneció a un hombre que ha muerto lejos de nosotros. Si fuese tal como era en el cuerpo y en la actividad cuando Ulises lo dejó al irse a Troya, pronto admirarías su rapidez y su vigor: no se le escapaba ninguna fiera que levantase, ni aun en lo más hondo del espeso bosque, porque era sumamente hábil en seguir un rastro. Mas ahora abrúmanle los males a causa de que su amo murió fuera de la patria, y las negligentes mozas no lo cuidan, porque los siervos, cuando los amos ya no mandan, no quieren hacer los trabajos que les corresponden, pues Zeus quita a un hombre la mitad de su valía cuando le alcanza el día de la esclavitud.'

Diciendo así, entróse por el cómodo palacio y se fue derecho a la sala, hacia los ilustres pretendientes, pero Argos muere a poco de reconocer a su amo luego de veinte años."


Odisea - H.

Cuando hubo realizado esto, marchó Atenea y Odiseo se encaminó a la cabaña. Su hijo se asombró al verlo y volvió la vista a otro lado no fuera un dios, y hablándole dijo aladas palabras:
«Forastero, ahora me pareces distinto de antes; tienes otros vestidos y tu piel no es la misma. En verdad eres un dios de los que poseen el vasto Olimpo. Sé benevolente para que te entregue en agradecimiento objetos sagrados y dones de oro bien trabajado. Cuídate de nosotros.»
Y le contestó el sufridor, el divino Odiseo:
«No soy un dios -¿por qué me comparas con los inmortales?-- sino tu padre por quien sufres dolores sin cuento soportando entre lamentos las acciones violentas de esos hombres.»
Así hablando besó a su hijo y dejó que el llanto cayera a tierra de sus mejillas, pues antes lo estaba conteniendo, siempre inconmovible.
Y Telémaco -aún no podía creer que era su padre -, le dijo de nuevo contestándole:
«Tú no eres Odiseo, mi padre, sino un demón que me hechiza para que me lamente con más dolores todavía, pues un hombre no sería capaz con su propia mente de maquinar esto si un dios en persona no viene y le hate a su gusto y fácilmente joven o viejo. Que tú hace poco eras viejo y vestías ropas desastrosas, en cambio ahora pareces un dios de los
que poseen el vasto cielo.»
Y contestándole dijo Odiseo rico en ardides:
« Telémaco, no está bien que no te admires muy mucho ni te alegres de que tu padre esté en casa. Ningún otro Odiseo te vendrá ya aquí, sino éste que soy yo, tal cual soy, sufridor de males, muy asendereado, y he llegado a los veinte años a mi patria.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Apología de Zafón

Ya que he admitido que el sueño literario se va a quedar en este blog y que la opinión sobre mis críticas literarias tienen el mismo valor que un paquete de pipas (aunque ahora han subido de precio), voy a desahogarme hablando de literatura en general, especialmente del porqué está siendo olvidada por muchas de las personas.
Hoy en el tren, he visto a un buen compañero de clase, de los de toda la vida. Es un chico inteligente, estudia economía y siempre ha sacado buenas notas. Pero dice que odia leer, que siempre lo ha pasado muy mal con los libros de lectura obligatoria. Entiendo que haya gente a la que no le guste leer, ¿por qué no? A mí no me gusta ir al cine, ni los móviles modernos. A todo el mundo le gustan esas cosas, pero a mí no. Así que es totalmente comprensible que a una persona no le guste leer, y eso no lo convierte en un vago ni en un parásito: "De gustis non est disputandum".
La cuestión es que, entre aficionados a la literatura, se tiende a estereotipar dos grandes grupos: "los tontos que leen best-sellers" y los muy ilustrísimos literatos que sólo leen obras clásicas y de cultura, esos que si alguien dice: "Leer a Márquez no me aporta nada" son capaces de ir a buscar la cruz y los clavos. Ah, claro, y ¿no será, muy queridos culturetas, que no le habéis dado una oportunidad a esos best-sellers?
Yo he leído de todo: Odisea, Eneida, a Márquez, a Cela, a Poncela ... (no es pedantería, son meros ejemplos) Estudio a los clásicos y los adoro. Me emociono con Flaubert. He llorado con Dickens, mi autor preferido. Y también podría hablar de la fusión de sentimientos que tuve con Kafka, o con Vargas Llosa. No obstante, también me he leído todas las novelas de Zafón. y me han encantado. ¿Soy una inculta literariamente hablando? ¿A caso, la literatura no debe aportarte belleza y sentimientos? Zafón me aportó grandes momentos, y además, es un escritor que denota una incuestionable cultura. Pero si ahora está de moda despreciar a todos los best-sellers y parecen un proxeneta de los clásicos, ¿cómo vamos a leer a Zafón sin que nos miren mal?
Claro, seguro que os aporta mucho más Borges.
A mí no.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Odisea - Homero

Padre Zeus y los demás dioses felices que vivís siempre, venid aquí para que veáis un acto ridículo y vergonzoso: cómo Afrodita, la hija de Zeus, me deshonra continuamente porque soy cojo y se entrega amorosamente al pernicioso Ares; que él es hermoso y con los dos pies, mientras que yo soy lisiado. Pero ningún otro es responsable, sino mis dos padres: ¡no me debían haber engendrado! Pero mirad dónde duermen estos dos en amor; se han metido en mi propia cama. Los estoy viendo y me lleno de dolor, pues nunca esperé ni por un instante que iban a dormir así por mucho que se amaran. Pero no van a desear ambos seguir durmiendo, que los sujetará mi trampa y las ligaduras hasta que mi padre me devuelva todos mis regalos de esponsales, cuantos le entregué por la muchacha de cara de perra. Porque su hija era bella, pero incapaz de contener sus deseos.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Anábasis , mi amado Jenofonte.

ἐντεῦθεν εξελαυνει σταθμοὺς δύο παρασάγγασ δέκα εἰς Θυμβριον, πόλιν οἰκουμένη.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ya estoy empezando a creer que mi habitación está conectada con el Triángulo de la Bermudas o que los objetos de desmaterializan solos, si no, no entiendo el por qué los objetos desaparecen...


De ahora en adelante, estaré odiseando durante una temporada.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

Último capítulo en el cual, a pesar de lo que todos pensarían, que Zambombo se reencontraría con Sylvia, se explica el motivo del título de la obra:

"--Todos los símbolos de las cosas importantes tienen su hache correspondiente... "Hecatombe", o sea el siniestro máximo; la "hidra", lo más dañino; el "hada", lo más benéfico; la "hélice", que es lo que impulsa; el "hueso", que sostiene el edificio humano; "Hércules", que es la fuerza; "hermosura", que es la belleza; "horrible", que es la fealdad, con los superlativos de "horroroso" y "horrendo"; el "himeneo", que representa el matrimonio; los "himnos", que sintetizan el ideal patriótico de los pueblos; el "hogar", refugio de los que tienen la misma sangre... Y esa misma sangre, ¡tan importante!, es la "hemoglobina"... y cuando esa preciosa sangre se vierte, cosa gravemente trascendental, surge la "hemorragia"... El fuego se representa con la "hoguera" y el frío con el "hielo". Dos verbos imprescindibles, que personalizan el esfuerzo humano de muchos siglos, son "hacer" y "hablar". "Humanidad" se escribe con hache. Y la Humanidad dio un paso gigantesco cuando empezó a usar el "hilo" para confeccionar sus ropas. La altura mayor del planeta es el "Himalaya", y el primer médico, "Hipócrates", y el primer poeta, "Homero", y los mejores cigarros, los "habanos"... y ahí, en la moderna América del Norte, tenéis un río, que por sí solo ha creado un pueblo nuevo, una raza nueva, y que ¡naturalmente!, se escribe con hache; me refiero al "Hudson".


--¿Y el valor? ¿El valor no es importante? -dijo Zambombo-. Y sin embargo...


--Cuando el valor llega a ser algo importante, nace el "heroísmo"; es como el caballo, ese simpático animal que también se escribe sin hache, pero que cuando es verdaderamente bueno, tiene hache, puesto que se le destina al "hipódromo"; y todo lo relativo al caballo es "hípico"... Al asesinato de un ser humano se le llama "homicidio". El...


--¿Y el Sol?... ¡Sol se escribe sin hache! -interrumpió Dolly.


--¡Ignorante! ¿No sabes que Sol es "Helios"? A veces hay que retroceder a la antiguedad para encontrar algunas haches destrozadas por el uso. El pueblo elegido de Dios fue el "hebreo"; el pueblo constructor y precursor, los "helenos", y el pueblo destructor y retrógrado, los "hunos". Y es importante la "Historia", que se escribe con hache, y cuando alguien ejecuta algo grande, se dice que ha llevado a cabo una "hazaña". ¡Pero, hombre! Si hasta las mejores barajas son las de Fournier, don "Heraclio".


Esta vez las risas se le contagiaron al camarero.


--Por eso -siguió Fermín- el amor, que no tiene importancia ninguna, se escribe sin hache. No debe tomarse en serio el amor... ¡"Amor" se escribe sin hache!... Hay que reírse de las cosas escritas sin hache...


--Vienes a darme a mí la razón -argumentó Zambombo- porque mujer se escribe sin hache.


--¡Naturalmente! ¡Pues claro! Porque tampoco a la mujer se la debe tomar en serio... Porque para ser feliz, para no sufrir, para no volverse pesimista y amargado, no hay que buscar en la mujer más que lo que yo busco, lo que se escribe con hache: la "hembra".


--¡Te he cazado, amigo! -dijo Zambombo apretando la palanquita de un sifón para llenar la copa del "vermouth"-, porque tú y yo tenemos en gran abundancia una cosa, que es archiimportante y que, no obstante, se escribe sin hache...


--¿El qué?


--El dinero.


Fermín quedó pensativo. Por un momento, pareció derrotado; pero, en seguida, se rehízo y exclamó en tono triunfal:


--¿Y "herencia"? ¿Es que "herencia" no se escribe con hache? ¡Pues entonces!...


" " "


Y ahora, el autor, se cree en el deber de concluir su trabajo con otra frase (no menos importante) y que también se escribe con hache.


El autor se refiere a aquella hermosa locución latina, que dice: "Habent sua fata libelli".


O lo que es lo mismo: "los libros tienen su fin"."

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"-Pues la verdad es que me ha decepcionado usted. Dispararse un tiro en la cabeza no es un suicidio apropiado para un caballero de España.


-¿Qué debí hacer entonces?


Rudyard contestó con aire grave y gesto enérgico.


-Debió usted clavarse una banderilla en el corazón."

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"Por la calle, en los "cabarets", en los espectáculos, veía muchachas muy jóvenes y muy lindas acompañadas de viejos repugnantes y litiasirenálicos, desbordantes de dinero y de lascivia.

-¿Por qué permite Dios -se preguntaba- que la carne divina de las mujeres se manche de babas? Y ellas, ¿por qué son tan marranas que lo toleran?"

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"Seguía siendo un ingenuo, y lo sería hasta la tumba. Porque un hombre puede olvidarse de una mujer a la que ha amado durante un mes. Pero una mujer no se olvida nunca de un hombre al que ha amado durante diez minutos."


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"--Me sobra dinero -dijo Fermín-. Ayer mismo estuve pensando lo que podría hacer con el dinero que me sobra. Dudaba entre edificar un sanatorio de tuberculosos o montar una fábrica de patatas fritas.


--Da lo mismo -aclaró Zamb-. Y para las dos cosas tendrías mucho público.


--Pero hoy ya no dudo. Los tres millones que no me hacen falta, pasarán a tu poder.


--Pues, chico, no te doy las gracias, porque me parece inadmisible utilizar esa fórmula, que se emplea cuando le regalan a uno un cigarrillo, para responder al regalo de tres millones de pesetas.


--Sí, verdaderamente... Debía de existir otra palabra más importante para estos casos. Digan lo que quieran, el idioma español es pobre, ¿no?


--No es que el idioma español sea pobre. Lo que sucede es que hasta ahora no se había dado el caso en España de que un amigo le regalase a otro tres millones de pesetas, y, ¡claro!, no ha hecho falta inventar esa palabra nueva, que exprese el agradecimiento máximo...


--¿Y por qué no la inventas tú? Puesto que el caso se ha dado ya, es necesario inventar la palabra.


--Espera, a ver...


Zambombo estuvo un rato pensativo, mientras el auto corría, remontando la calle de Alcalá.


--¿Qué te parece carchofas?


--¿Cómo?


--Carchofas. En lugar de decir: "¡Muchas gracias!", se diría: "¡Muchas carchofas!". Y en vez de decir: "Te quedo muy agradecido", decir: "Te quedo muy acarchofado..." ¿Te gusta?


--Sí. Es bonito. Pero como se lo digas a otro que no sea yo, te rompen una pierna...


--Es que nadie en el mundo me volver a regalar tres millones de pesetas y, por lo tanto, no tendré que decírselo a nadie.


--En ese caso...


--En ese caso, Fermín -concluyó Zamb algo emocionado-, ¡te doy miles de "carchofas" por tu gigantesco regalo y te juro solemnemente que mi "acarchofamiento" será eterno!..."

jueves, 6 de diciembre de 2012

Autodestrucción

- Usted se inyecta alguna de esas drogas, que yo lo veo desde el balcón.
- El único que se mete droga es usted, por decir todas esas sandeces.
- Usted es un criminal, le roba las esquinas a los españoles de bien para vender esas cosas que tiene ahí, pero ustedes son una mafia, que yo lo vi en el documental de Antena 3 – gritó el señor enfureciéndose.
- No somos una mafia y usted no tiene que gritarme- gritó todavía más el señor que teóricamente era un mendigo.
Y yo decidí irme para no ponerme a llorar por la pena que me da que estén todos perdidos.

- Señora, ¡usted no tiene ni idea de nada! ¡Está senil y no se entera!
- Perdona, hijo… - respondió la anciana a su hijo, quien ya no la aguantaba más desde que quedó parcialmente sorda.
Y yo decidí subir las escaleras para no ver hasta qué limites llega la maldad humana.

- Mira ése, va en silla de ruedas y le chorra la babita – dijo algún ignorante cuya edad mental oscila entre el cero y entre los números negativos.
Y yo me di cuenta de que no había nada qué hacer.

- No quiero saber nada de ella, ahora quiere arreglar las cosas, pero yo no quiero saber nada, se marcho sin mí y no se lo voy a perdonar – me mintió alguien a sabiendas de que mentía ya que es por todos conocido que esa reacción es una consecuencia del seguir amando.
Y yo le besé para que él creyera que confiaba en él, y todavía me aferro a esa mentira para tener algo a lo que aferrarme.

- Sólo quiero saber que no me odias – concluyó alguien que consideraba haberme hecho daño.
Y yo le respondí de la manera más sincera existente que nunca podría decir nada malo sobre él, pero sabía que ya nada volvería a ser igual entre nosotros.

- No te metas con mi familia, que sabrán cuidar al gato, que, por cierto, ya no es tuyo.
Y mi gato murió dos semanas más tarde. Y ayer, caminando, vi a un gatito, y lo acaricié, y no tuve muy claro si el destino se empeña en recordarme mis desdichas o si, simplemente, tengo afanes autodestructivos.

- Eres una persona horrible – me digo a mí misma. Y la cuestión es que no sé el motivo ni el fruto de mi maldad.

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"Uno de sus complices- el poeta clásico-, el cual le dijo, guiándole:
- Por aquí..."

Oh, otra alusión a los clásicos!, en ese caso, de la Divina Comedia, Virgilio como guía de Zambombo por el París de principios de s. XX .

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"Zambombo leyó estas condiciones y las encontró aceptables; únicamente, en su afán de machacar a Arencibia, pidió que los disparos, en lugar de ser diez, fuesen ochenta y seis: a cuarenta y tres por barba. La proposición fue rechazada por unanimidad.


Arencibia aceptó también las condiciones, excepción hecha de la número cinco, que fijaba la hora del duelo.


-Yo no me levanto a las siete de la mañana ni para asistir a la resurrección de la carne -dijo lacónicamente.


Se convino entonces que el duelo se verificaría a las seis de la tarde, y como el despoblado del "Chatarra" (Carabanchel) estaría a esas horas pobladísimo, diéronse a pensar en un sitio solitario para la celebración del encuentro. Se propuso la sala del teatro Infanta Beatriz la hora de la función, pero por fin se eligió el kilómetro 8 de la carretera a las Islas Baleares."

"-Lo serán -corroboró Arencibia-, lo serán. Hoy usted tiene ilusiones y cree que sin ellas no podría vivir. Mañana verá claramente que la ilusión no es más que un error poetizado y prescindirá de ella para seguir viviendo. Con el amor le sucederá lo propio. No hay más que un amor: el del padre al hijo. El amor entre hombres y mujeres no es sino un conglomerado de pequeños resortes: el roce de las epidermis, la vanidad mutua, el trato social, la lucha por la vida, la costumbre de verse a diario y un poco de tesón y otro poco de necesidad de hablar con alguien en la cama y en la mesa. El amor es tan necio que debiendo andar por el mundo desnudo se afana por vestirse de púrpura. La atracción de los sexos por orden de la Especie es una verdad; el amor, como sentimiento puro y noble, es una inmensa y desoladora mentira. Yo se lo afirmo."


"-Estoy agotando mi existencia en el tedio; y la furia por divertirme toma aspecto de locura. No encuentro nada que me interese. Acaso el amor... Pero el amor es igual que el catarro.


-¿Igual que el catarro? -dijo Mignonne aceptando el anzuelo-.


¿Por qué?


-Porque, como el catarro, empieza por una congestión y acaba obligándonos a limpiarnos los ojos con el pañuelo.


-Eso es bonito... -suspiró la niña de senos pequeños y agresivos, igual que granadas de mano."

Y como colofón de la sublimidad:
"-¿Qué haces? -no pudo por menos de interrogar Mignonne.


--Miro las estrellas.


--¡Pero si estás mirando mis ojos!


--Es verdad. Perdona. Me había confundido (1).


Por toda respuesta Mignonne se apretujó contra Zambombo y preguntó señalando las estrellas:


--¿Dónde está el "carro"?


--En la cochera.


--¿Es verdad que hay una estrella que se llama Calipso?


--No hagas caso de calumnias.


--¿Crees en la pluralidad de los mundos habitados?


--Mientras las pulgas den saltos tan grandes, ¿por qué no? Las pulgas emigran de planeta a planeta.


--¿Has oído hablar de la Aurora Boreal?


--No leo a ninguna poetisa venezolana.


--¿Qué es la Astronomía?


--Una de esas barbaridades que engordan, como la antropofagia y el pan de gluten.


A cada nueva respuesta, el gesto de Mignonne con respecto a Zambombo era más sumiso, más admirativo, más entusiasta, más inductivo, más apasionado.


Zambombo lo notó. "Un toque más y me echa los brazos al cuello subyugada", se dijo.


Y calculó que el toque estaba en dar un doble salto mortal, aquel doble salto mortal que nunca había intentado hasta el día que lo ejecutó para rendir la complicada fortaleza de Sylvia Brums.


Se recogió en sí mismo, hizo un poderoso esfuerzo muscular y se lanzó al espacio.


Y su cuerpo, largo y flexible, desapareció por la abierta ventanilla donde, momentos antes, había estado apoyada Mignonne."




Después de estas referencias al amor, yo considero que es el periodo comprendido entre dos conjunciones adversativas. Como enunciaría Poncela:
AMOR = (P1) [conj adv.] (P2) [conj adv.] (p3) [conj adv.] ---> muerte.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"El niño comía tierra, utilizando como cuchara una pala de juguete"

Mmm.. creía que sólo uno de mis amigos hacía eso.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - Jardiel Poncela

Siendo un escritor anterior a la Guerra Civil, divisamos en su obra rasgos de surrealismo:


"Eligieron una mesa que tenía el mármol roto y se sentaron.
-Cerveza, pidió Fermín al mozo.
Y aseguró a su amigo:
-La cerveza de aquí es estupenda.
-¿Sí? -indagó Zambombo.
-¡Maravillosa! -corroboró el "chauffeur" con entusiasmo.
-Entonces -resolvió Zambombo dirigiéndose al camarero- tráigame una
taza de café."


Rasgos evocadores de tiempos de anataño, todo visto desde una perspectiva de orden masivo que el lector,ora es un loco adicto al orden, ora se vuelve loco al ver tanta sección:


"Zambombo y Fermín discutían un tema de política interior.
--Yo te digo -aseguró Fermín chupando naranja- que el "Persianas"
("nombre dado por los alumnos al profesor de Aritmética") es más sucio que
"Queso Duro" ("nombre dado por los alumnos al profesor de Geografía").
--¡Qué va! -rezongó Zambombo-. Es más sucio "Queso Duro". Yo le he visto
guardarse un huevo frito en el bolsillo.
--Y yo al "Persianas" le he visto lavarse las manos con los guantes puestos.
Otro alumno, Matías Ros, se acercó a ellos.
--Oye, Matías -indagó Fermín buscando un apoyo-. ¿Quién es más sucio?
¿"Persianas" o "Queso Duro"?
--El más sucio es "Lentejilla" ("nombre dado al profesor de Latín"). En el
cuarto de "Lentejilla" hay tal olor que hace diez años un alumno que entró murió a
las dos horas."

Evocaciones clásicas, con las que disfruto mucho:

"Al acabar las clases Zambombo y Fermín se encontraron en la calle frente a
frente, como Vercingetórix y César en las Galias."

Y más surrealismo:
-Pero, si no recuerdo mal, tú tenías cierta afición a la Medicina -observó
Zambombo.
--No recuerdas mal. La tuve. Sólo que a los quince años me puse enfermo
de inapetencia; el doctor me obligó a que durante treinta y seis meses tomase
todos los días una medicina hecha con ruibarbo, cuasia, retama, quina y jarabe
simple, y al tomar la última cucharada de aquélla, mi afición a la Medicina había
desaparecido completamente.
--Algo semejante le ocurrió a mi padre. Era un entusiasta de las armas de
fuego, y el día que al disparársele una pistola quedó muerto en el acto, su
entusiasmo por las armas de fuego se acabó de un modo radical.
Zambombo dejó escapar un suspiro, que se marchó revoloteando, y añadió:
--Las aficiones de los humanos son efímeras.
Fermín sacó su cuadernito, apuntó la frase ..."


[Anoche recordé una conversación de hace dos años con un par de amigas. Una de ellas se había cruzado con una conocida suya que estudiaba Filología Clásica.
Cuando se despidieron, una de mis amigas dijo:
- Estudia Filología Clásica, es la carrera con menos salidas que existe.
- ¿Qué es eso? - preguntó la otra amiga.
- Latín y griego, creo - respondió.
- A mí me gusta eso, igual hasta hago esa carrera- dije yo.
- Pues vaya, no te va a servir para mucho... Para comunicarte con los muertos - bromearon.
No sé por qué no lo había recordado hasta anoche.]