sábado, 29 de diciembre de 2012

Félix Vodicka - "La estética de la recepción de las obras literarias"

Una obra que actúa en un lector, influye en su manera de obrar, de pensar y de sentir, pues pasa a formar parte de su vida psíquica.

jueves, 27 de diciembre de 2012

García Lorca -

LOS ENCUENTROS DE UN CARACOL AVENTURERO
Diciembre de 1918. (Granada.)
A Ramón P. Roda.


Hay dulzura infantil
en la mañana quieta.
Los árboles extienden
sus brazos a la tierra.
Un vaho tembloroso
cubre las sementeras,
y las arañas tienden
sus caminos de seda
-rayas al cristal limpio
del aire.-
En la alameda
un manantial recita
3su canto entre las hierbas.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
ignorado y humilde,
el paisáje contempla..
La divina quietud
de la Naturaleza
le dio valor y fe,
y olvidando las penas
de su hogar, deseó
ver el fin de la senda.
Echó a andar a internóse
en un bosque de yedras
y de ortigas. En medio
había dos ranas viejas
que tomaban el sol,
aburridas y enfermas.
Esos cantos modernos,
murmuraba una de ellas,
son inútiles. Todos,
amiga, le contesta
la otra rana, que estaba
herida y casi ciega:
cuando joven creía
que si al fin Dios oyera
nuestro canto, tendría
compasión. Y mi ciencia,
pues ya he vivido mucho,
hace que no lo crea,
yo ya no canto más...
Las dos ranas se quejan
pidiendo una limosna
a una ranita nueva
que pasa presumida
apartando las hierbas.
Ante el bosque sombrío
el caracol se aterra.
Quiere gritar. No puede.
Las rams se le acercan.
¿Es una mariposa?,
dice la casi ciega.
4Tiene dos cuernecitos,
la otra rana contesta.
Es el caracol. ¿Vienes,
caracol, de otras tierras?
Vengo de mi casa y quiero
volverme muy pronto a ella.
Es un bicho muy cobarde,
exclama la rana ciega.
¿No cantas nunca? No canto,
dice el caracol. ¿Ni rezas?
Tampoco: nunca aprendí.
¿Ni crees en la vida eterna?
¿Qué es eso?
Pues vivir siempre
en el agua más serena,
junto a una tierra florida
que a un rico manjar sustenta.
Cuando niño a mí me dijo,
un día, mi pobre abuela
que al morirme yo me iría
sobre las hojas más tiernas
de los árboles más altos.
Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos
nosotras. Creerás en ella,
dicen las ranas furiosas.
¿Por qué quise ver la senda?
gime el caracol. Sí creo
por siempre en la vida eterna
que predicáis...
Las ranas,
muy pensativas, se alejan,
y el caracol, asustado,
se va perdiendo en la selva.
Las dos ranas mendigas
como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
¿Crees tú en la vida eterna?
Yo no, dice muy triste
la rana herida y ciega.
¿Por qué hemos dicho, entonces,
5al caracol que crea?
Porque... No sé por qué,
dice la rana ciega.
Me lleno de emoción
al sentir la firmeza
con que llaman mis hijos
a Dios desde la acequia...
E1 pobre caracol
vuelve atrás. Ya en la senda
un silencio ondulado
mana de la alameda.
Con un grupo de hormigas
encarnadas se encuentra.
Van muy alborotadas,
arrastrando tras ellas
a otra hormiga que tiene
tronchadas las antenas.
El caracol exclama:
hormiguitas, paciencia.
¿Por qué así maltratáis
a vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho.
Yo juzgaré en conciencia.
Cuéntalo tú, hormiguita.
La hormiga medio muerta,
dice muy tristemente:
yo he visto las estrellas.
¿Qué son estrellas?, dicen
las hormigas inquietas.
Y el caracol pregunta
pensativo: ¿estrellas?
Sí, repite la hormiga,
he visto las estrellas.
Subí al árbol más alto
que tiene la alameda
y vi miles de ojos
dentro de mis tinieblas.
E1 caracol pregunta:
¿pero qué son estrellas?
Son luces que llevamos
sobre nuestra cabeza.
Nosotras no las vemos,
las hormigas comentan.
Y el caracol: mi vista
6sólo alcanza a las hierbas.
Las hormigas exclaman
moviendo sus antenas:
te mataremos, eres
perezosa y perversa.
El trabajo es tu ley.
Yo he visto a las estrellas,
dice la hormiga herida.
Y el caracol sentencia:
dejadla que se vaya,
seguid vuestras faenas.
Es fácil que muy pronto
ya rendida se muera.
Por el aire dulzón
ha cruzado una abeja.
La hormiga agonizando
huele la tarde inmensa
y dice: es la que viene
a llevarme a una estrella.
Las demás hormiguitas
huyen al verla muerta.
E1 caracol suspira
y aturdido se aleja
lleno de confusión
por lo eterno. La senda
no tiene fin, exclama.
Acaso a las estrellas
se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
me impedirá llegar.
No hay que pensar en ellas.
Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Campanarios lejanos
llaman gente a la iglesia.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
aturdido a inquieto
el paisaje contempla.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"El trapisondista era un calavera que sólo pensaba en armar zalagardas y embrollos".


lunes, 24 de diciembre de 2012

Y Dickens vuelve a casa por Navidad




Citaría algo de "Canción de Navidad", pero ya estaba anteriormente.
http://www.youtube.com/watch?v=Qw6N3wvb0pQ

domingo, 23 de diciembre de 2012

Odisea - H?

Y mientras Odiseo yacía allí desvelado, meditando males en su interior contra los pretendientes, salieron del palacio riendo y chanceando unas con otras las mujeres que solían acostarse con éstos. El ánimo de Odiseo se conmovía dentro del pecho y lo meditaba en su mente y en su corazón si se lanzaría detrás y causaría la muerte a cada una, o si todavía las iba a dejar unirse por última y postrera vez con los orgullosos pretendientes. Y su corazón le ladraba dentro. Como la perra que camina alrededor de sus tiernos cachorrillos ladra a un hombre y se lanza a luchar con él si no lo conoce, así también le ladraba dentro el corazón indignado por las malas acciones. Y se golpeó el pecho y reprendió a su corazón con estas razones:

¡Aguanta, corazón!, que ya en otra ocasión tuviste que soportar algo más desvergonzado, el día en que el Cíclope de furia incontenible comía a mis valerosos compañeros. Tú lo soportaste hasta que, cuando creías morir, la astucia te sacó de la cueva.




«¿Por qué te burlas de mí, si tengo el ánimo quebrantado por el dolor, diciéndome estos extravíos y me despiertas del dulce sueño que me tenía encadenados los párpados? Jamás había dormido de tal modo desde que Odiseo marchó a la maldita Ilión que no hay que nombrar.
«Pero vamos, baja ya y vuelve al mégaron. Porque si cualquiera otra de las mujeres que están a mi servicio hubiera venido a anunciarme esto y me hubiera despertado, seguro que la habría hecho volver al mégaron con palabra violenta. A ti, en cambio, te valdrá la vejez, por lo menos en esto.»
Y le contestó su nodriza Euriclea:
«No me burlo de tí en absoluto, hija mía, que en verdad ha llegado Odiseo, ha vuelto a casa como lo anuncio y es el forastero a quien todos deshonraban en el mégaron. Telémaco sabía hace tiempo que ya estaba dentro, pero ocultó con prudencia los proyectos de su padre para que castigara la violencia de esos hombres altivos.»




Y le contestó la prudente Penélope:
«Querido mío, no me tengo en mucho ni en poco ni me admiro en exceso, pero sé muy bien cómo eras cuando marchaste de Itaca en la nave de largos remos. Vamos, Euriclea, prepara el labrado lecho fuera del sólido tálamo, el que construyó él mismo. Y una vez que hayáis puesto fuera el labrado lecho, disponed la cama pieles, mantas y resplandecientes colchas.»
Así dijo poniendo a prueba a su esposo. Entonces Odiseo se dirigió irritado a su fiel esposa:
«Mujer, esta palabra que has dicho es dolorosa para mi corazón. ¿Quién me ha puesto la cama en otro sitio? Sería difícil incluso para uno muy hábil si no viniera un dios en persona y lo pusiera fácilmente en otro lugar; que de los hombres, ningún mortal viviente, ni aun en la flor de la edad, lo cambiaría fácilmente, pues hay una señal en el labrado lecho, y lo construí yo y nadie más. Había crecido dentro del patio un tronco de olivo de extensas hojas, robusto y floreciente, ancho como una columna. Edifiqué el dormitorio en torno a él, hasta acabarlo, con piedras espesas, y lo cubrí bien con un techo y le añadí puertas bien ajustadas, habilidosamente trabadas. Fue entonces cuando corté el follaje del olivo de extensas hojas; empecé a podar el tronco desde la raíz, lo pulí bien y habilidosamente con el bronce y lo igualé con la plomada, convirtiéndolo en pie de la cama, y luego lo taladré todo con el berbiquí. Comenzando por aquí lo pulimenté, hasta acabarlo, lo adorné con oro, plata y marfil y tensé dentro unas correas de piel de buey que brillaban de púrpura.
«Esta es la señal que te manifiesto, aunque no sé si mi lecho está todavía intacto, mujer, o si ya lo ha puesto algún hombre en otro sitio, cortando la base del olivo.»
Así dijo, y a ella se le aflojaron las rodillas y el corazón al reconocer las señales que le había manifestado claramente Odiseo. Corrió llorando hacia él y echó sus brazos alrededor del cuello de Odiseo; besó su cabeza y dijo:
«No te enojes conmigo, Odiseo, que en lo demás eres más sensato que el resto de los hombres. Los dioses nos han enviado el infortunio, ellos, que envidiaban que gozáramos de la juventud y llegáramos al umbral de la vejez uno al lado del otro. Por esto no te irrites ahora conmigo ni te enojes porque al principio, nada más verse, no te acogiera con amor. Pues continuamente mi corazón se estremecía dentro del pecho por temor a que alguno de los mortales se acercase a mí y me engañara con sus palabras, pues muchos conciben proyectos malvados para su provecho. Ni la argiva Helena, del linaje de Zeus, se hubiera unido a un extranjero en amor y cama, si hubiera sabido que los belicosos hijos de los aqueos habían de llevarla de nuevo a casa, a su patria. Fue un dios quien la impulsó a ejecutar una acción vergonzosa, que antes no había puesto en su mente esta lamentable ceguera por la que, por primera vez, se llegó a nosotros el dolor.
«Pero ahora que me has manifestado claramente las señales de nuestro lecho, que ningún otro mortal había visto sino sólo tú y yo y una sola sierva, Actorís, la que me dio mi padre al venir yo aquí, la que nos vigilaba las puertas del labrado dormitorio , ya tienes convencido a mi corazón, por muy inflexible que sea.»

sábado, 22 de diciembre de 2012

Odisea - H

"Así estos conversaban. Y un perro que estaba echado, alzó la cabeza y las orejas: era Argos, el can del paciente Ulises, a quien éste había criado, aunque luego no se aprovechó del mismo porque tuvo que partir a la sagrada Ilión.

Anteriormente llevábanlo los jóvenes a correr cabras montesas, ciervos y liebres; mas entonces, en la ausencia de su dueño yacía abandonado sobre mucho estiércol de mulos y de bueyes que vertían junto a la puerta a fin de que los siervos de Ulises lo tomasen para abonar los extensos campos: allí estaba tendido Argos, todo lleno de pulgas.

Al advertir que Ulises se aproximaba, le halagó con la cola y dejó caer ambas orejas, mas ya no pudo salir al encuentro de su amo. Entonces Ulises, que le vio desde lejos, se enjugó una lágrima sin que se percatara Eumeo y le preguntó: 'Eumeo, es extraño que este perro esté tumbado entre el estiércol. Su cuerpo es hermoso; aunque ignoro si, con tal belleza, era rápido en la carrera, o era como esos perros falderos que crían los señores por lujo'.

Y tú le respondiste así, porquerizo Eumeo: 'Ese can perteneció a un hombre que ha muerto lejos de nosotros. Si fuese tal como era en el cuerpo y en la actividad cuando Ulises lo dejó al irse a Troya, pronto admirarías su rapidez y su vigor: no se le escapaba ninguna fiera que levantase, ni aun en lo más hondo del espeso bosque, porque era sumamente hábil en seguir un rastro. Mas ahora abrúmanle los males a causa de que su amo murió fuera de la patria, y las negligentes mozas no lo cuidan, porque los siervos, cuando los amos ya no mandan, no quieren hacer los trabajos que les corresponden, pues Zeus quita a un hombre la mitad de su valía cuando le alcanza el día de la esclavitud.'

Diciendo así, entróse por el cómodo palacio y se fue derecho a la sala, hacia los ilustres pretendientes, pero Argos muere a poco de reconocer a su amo luego de veinte años."


Odisea - H.

Cuando hubo realizado esto, marchó Atenea y Odiseo se encaminó a la cabaña. Su hijo se asombró al verlo y volvió la vista a otro lado no fuera un dios, y hablándole dijo aladas palabras:
«Forastero, ahora me pareces distinto de antes; tienes otros vestidos y tu piel no es la misma. En verdad eres un dios de los que poseen el vasto Olimpo. Sé benevolente para que te entregue en agradecimiento objetos sagrados y dones de oro bien trabajado. Cuídate de nosotros.»
Y le contestó el sufridor, el divino Odiseo:
«No soy un dios -¿por qué me comparas con los inmortales?-- sino tu padre por quien sufres dolores sin cuento soportando entre lamentos las acciones violentas de esos hombres.»
Así hablando besó a su hijo y dejó que el llanto cayera a tierra de sus mejillas, pues antes lo estaba conteniendo, siempre inconmovible.
Y Telémaco -aún no podía creer que era su padre -, le dijo de nuevo contestándole:
«Tú no eres Odiseo, mi padre, sino un demón que me hechiza para que me lamente con más dolores todavía, pues un hombre no sería capaz con su propia mente de maquinar esto si un dios en persona no viene y le hate a su gusto y fácilmente joven o viejo. Que tú hace poco eras viejo y vestías ropas desastrosas, en cambio ahora pareces un dios de los
que poseen el vasto cielo.»
Y contestándole dijo Odiseo rico en ardides:
« Telémaco, no está bien que no te admires muy mucho ni te alegres de que tu padre esté en casa. Ningún otro Odiseo te vendrá ya aquí, sino éste que soy yo, tal cual soy, sufridor de males, muy asendereado, y he llegado a los veinte años a mi patria.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Apología de Zafón

Ya que he admitido que el sueño literario se va a quedar en este blog y que la opinión sobre mis críticas literarias tienen el mismo valor que un paquete de pipas (aunque ahora han subido de precio), voy a desahogarme hablando de literatura en general, especialmente del porqué está siendo olvidada por muchas de las personas.
Hoy en el tren, he visto a un buen compañero de clase, de los de toda la vida. Es un chico inteligente, estudia economía y siempre ha sacado buenas notas. Pero dice que odia leer, que siempre lo ha pasado muy mal con los libros de lectura obligatoria. Entiendo que haya gente a la que no le guste leer, ¿por qué no? A mí no me gusta ir al cine, ni los móviles modernos. A todo el mundo le gustan esas cosas, pero a mí no. Así que es totalmente comprensible que a una persona no le guste leer, y eso no lo convierte en un vago ni en un parásito: "De gustis non est disputandum".
La cuestión es que, entre aficionados a la literatura, se tiende a estereotipar dos grandes grupos: "los tontos que leen best-sellers" y los muy ilustrísimos literatos que sólo leen obras clásicas y de cultura, esos que si alguien dice: "Leer a Márquez no me aporta nada" son capaces de ir a buscar la cruz y los clavos. Ah, claro, y ¿no será, muy queridos culturetas, que no le habéis dado una oportunidad a esos best-sellers?
Yo he leído de todo: Odisea, Eneida, a Márquez, a Cela, a Poncela ... (no es pedantería, son meros ejemplos) Estudio a los clásicos y los adoro. Me emociono con Flaubert. He llorado con Dickens, mi autor preferido. Y también podría hablar de la fusión de sentimientos que tuve con Kafka, o con Vargas Llosa. No obstante, también me he leído todas las novelas de Zafón. y me han encantado. ¿Soy una inculta literariamente hablando? ¿A caso, la literatura no debe aportarte belleza y sentimientos? Zafón me aportó grandes momentos, y además, es un escritor que denota una incuestionable cultura. Pero si ahora está de moda despreciar a todos los best-sellers y parecen un proxeneta de los clásicos, ¿cómo vamos a leer a Zafón sin que nos miren mal?
Claro, seguro que os aporta mucho más Borges.
A mí no.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Odisea - Homero

Padre Zeus y los demás dioses felices que vivís siempre, venid aquí para que veáis un acto ridículo y vergonzoso: cómo Afrodita, la hija de Zeus, me deshonra continuamente porque soy cojo y se entrega amorosamente al pernicioso Ares; que él es hermoso y con los dos pies, mientras que yo soy lisiado. Pero ningún otro es responsable, sino mis dos padres: ¡no me debían haber engendrado! Pero mirad dónde duermen estos dos en amor; se han metido en mi propia cama. Los estoy viendo y me lleno de dolor, pues nunca esperé ni por un instante que iban a dormir así por mucho que se amaran. Pero no van a desear ambos seguir durmiendo, que los sujetará mi trampa y las ligaduras hasta que mi padre me devuelva todos mis regalos de esponsales, cuantos le entregué por la muchacha de cara de perra. Porque su hija era bella, pero incapaz de contener sus deseos.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Anábasis , mi amado Jenofonte.

ἐντεῦθεν εξελαυνει σταθμοὺς δύο παρασάγγασ δέκα εἰς Θυμβριον, πόλιν οἰκουμένη.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ya estoy empezando a creer que mi habitación está conectada con el Triángulo de la Bermudas o que los objetos de desmaterializan solos, si no, no entiendo el por qué los objetos desaparecen...


De ahora en adelante, estaré odiseando durante una temporada.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

Último capítulo en el cual, a pesar de lo que todos pensarían, que Zambombo se reencontraría con Sylvia, se explica el motivo del título de la obra:

"--Todos los símbolos de las cosas importantes tienen su hache correspondiente... "Hecatombe", o sea el siniestro máximo; la "hidra", lo más dañino; el "hada", lo más benéfico; la "hélice", que es lo que impulsa; el "hueso", que sostiene el edificio humano; "Hércules", que es la fuerza; "hermosura", que es la belleza; "horrible", que es la fealdad, con los superlativos de "horroroso" y "horrendo"; el "himeneo", que representa el matrimonio; los "himnos", que sintetizan el ideal patriótico de los pueblos; el "hogar", refugio de los que tienen la misma sangre... Y esa misma sangre, ¡tan importante!, es la "hemoglobina"... y cuando esa preciosa sangre se vierte, cosa gravemente trascendental, surge la "hemorragia"... El fuego se representa con la "hoguera" y el frío con el "hielo". Dos verbos imprescindibles, que personalizan el esfuerzo humano de muchos siglos, son "hacer" y "hablar". "Humanidad" se escribe con hache. Y la Humanidad dio un paso gigantesco cuando empezó a usar el "hilo" para confeccionar sus ropas. La altura mayor del planeta es el "Himalaya", y el primer médico, "Hipócrates", y el primer poeta, "Homero", y los mejores cigarros, los "habanos"... y ahí, en la moderna América del Norte, tenéis un río, que por sí solo ha creado un pueblo nuevo, una raza nueva, y que ¡naturalmente!, se escribe con hache; me refiero al "Hudson".


--¿Y el valor? ¿El valor no es importante? -dijo Zambombo-. Y sin embargo...


--Cuando el valor llega a ser algo importante, nace el "heroísmo"; es como el caballo, ese simpático animal que también se escribe sin hache, pero que cuando es verdaderamente bueno, tiene hache, puesto que se le destina al "hipódromo"; y todo lo relativo al caballo es "hípico"... Al asesinato de un ser humano se le llama "homicidio". El...


--¿Y el Sol?... ¡Sol se escribe sin hache! -interrumpió Dolly.


--¡Ignorante! ¿No sabes que Sol es "Helios"? A veces hay que retroceder a la antiguedad para encontrar algunas haches destrozadas por el uso. El pueblo elegido de Dios fue el "hebreo"; el pueblo constructor y precursor, los "helenos", y el pueblo destructor y retrógrado, los "hunos". Y es importante la "Historia", que se escribe con hache, y cuando alguien ejecuta algo grande, se dice que ha llevado a cabo una "hazaña". ¡Pero, hombre! Si hasta las mejores barajas son las de Fournier, don "Heraclio".


Esta vez las risas se le contagiaron al camarero.


--Por eso -siguió Fermín- el amor, que no tiene importancia ninguna, se escribe sin hache. No debe tomarse en serio el amor... ¡"Amor" se escribe sin hache!... Hay que reírse de las cosas escritas sin hache...


--Vienes a darme a mí la razón -argumentó Zambombo- porque mujer se escribe sin hache.


--¡Naturalmente! ¡Pues claro! Porque tampoco a la mujer se la debe tomar en serio... Porque para ser feliz, para no sufrir, para no volverse pesimista y amargado, no hay que buscar en la mujer más que lo que yo busco, lo que se escribe con hache: la "hembra".


--¡Te he cazado, amigo! -dijo Zambombo apretando la palanquita de un sifón para llenar la copa del "vermouth"-, porque tú y yo tenemos en gran abundancia una cosa, que es archiimportante y que, no obstante, se escribe sin hache...


--¿El qué?


--El dinero.


Fermín quedó pensativo. Por un momento, pareció derrotado; pero, en seguida, se rehízo y exclamó en tono triunfal:


--¿Y "herencia"? ¿Es que "herencia" no se escribe con hache? ¡Pues entonces!...


" " "


Y ahora, el autor, se cree en el deber de concluir su trabajo con otra frase (no menos importante) y que también se escribe con hache.


El autor se refiere a aquella hermosa locución latina, que dice: "Habent sua fata libelli".


O lo que es lo mismo: "los libros tienen su fin"."

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"-Pues la verdad es que me ha decepcionado usted. Dispararse un tiro en la cabeza no es un suicidio apropiado para un caballero de España.


-¿Qué debí hacer entonces?


Rudyard contestó con aire grave y gesto enérgico.


-Debió usted clavarse una banderilla en el corazón."

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"Por la calle, en los "cabarets", en los espectáculos, veía muchachas muy jóvenes y muy lindas acompañadas de viejos repugnantes y litiasirenálicos, desbordantes de dinero y de lascivia.

-¿Por qué permite Dios -se preguntaba- que la carne divina de las mujeres se manche de babas? Y ellas, ¿por qué son tan marranas que lo toleran?"

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"Seguía siendo un ingenuo, y lo sería hasta la tumba. Porque un hombre puede olvidarse de una mujer a la que ha amado durante un mes. Pero una mujer no se olvida nunca de un hombre al que ha amado durante diez minutos."


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"--Me sobra dinero -dijo Fermín-. Ayer mismo estuve pensando lo que podría hacer con el dinero que me sobra. Dudaba entre edificar un sanatorio de tuberculosos o montar una fábrica de patatas fritas.


--Da lo mismo -aclaró Zamb-. Y para las dos cosas tendrías mucho público.


--Pero hoy ya no dudo. Los tres millones que no me hacen falta, pasarán a tu poder.


--Pues, chico, no te doy las gracias, porque me parece inadmisible utilizar esa fórmula, que se emplea cuando le regalan a uno un cigarrillo, para responder al regalo de tres millones de pesetas.


--Sí, verdaderamente... Debía de existir otra palabra más importante para estos casos. Digan lo que quieran, el idioma español es pobre, ¿no?


--No es que el idioma español sea pobre. Lo que sucede es que hasta ahora no se había dado el caso en España de que un amigo le regalase a otro tres millones de pesetas, y, ¡claro!, no ha hecho falta inventar esa palabra nueva, que exprese el agradecimiento máximo...


--¿Y por qué no la inventas tú? Puesto que el caso se ha dado ya, es necesario inventar la palabra.


--Espera, a ver...


Zambombo estuvo un rato pensativo, mientras el auto corría, remontando la calle de Alcalá.


--¿Qué te parece carchofas?


--¿Cómo?


--Carchofas. En lugar de decir: "¡Muchas gracias!", se diría: "¡Muchas carchofas!". Y en vez de decir: "Te quedo muy agradecido", decir: "Te quedo muy acarchofado..." ¿Te gusta?


--Sí. Es bonito. Pero como se lo digas a otro que no sea yo, te rompen una pierna...


--Es que nadie en el mundo me volver a regalar tres millones de pesetas y, por lo tanto, no tendré que decírselo a nadie.


--En ese caso...


--En ese caso, Fermín -concluyó Zamb algo emocionado-, ¡te doy miles de "carchofas" por tu gigantesco regalo y te juro solemnemente que mi "acarchofamiento" será eterno!..."

jueves, 6 de diciembre de 2012

Autodestrucción

- Usted se inyecta alguna de esas drogas, que yo lo veo desde el balcón.
- El único que se mete droga es usted, por decir todas esas sandeces.
- Usted es un criminal, le roba las esquinas a los españoles de bien para vender esas cosas que tiene ahí, pero ustedes son una mafia, que yo lo vi en el documental de Antena 3 – gritó el señor enfureciéndose.
- No somos una mafia y usted no tiene que gritarme- gritó todavía más el señor que teóricamente era un mendigo.
Y yo decidí irme para no ponerme a llorar por la pena que me da que estén todos perdidos.

- Señora, ¡usted no tiene ni idea de nada! ¡Está senil y no se entera!
- Perdona, hijo… - respondió la anciana a su hijo, quien ya no la aguantaba más desde que quedó parcialmente sorda.
Y yo decidí subir las escaleras para no ver hasta qué limites llega la maldad humana.

- Mira ése, va en silla de ruedas y le chorra la babita – dijo algún ignorante cuya edad mental oscila entre el cero y entre los números negativos.
Y yo me di cuenta de que no había nada qué hacer.

- No quiero saber nada de ella, ahora quiere arreglar las cosas, pero yo no quiero saber nada, se marcho sin mí y no se lo voy a perdonar – me mintió alguien a sabiendas de que mentía ya que es por todos conocido que esa reacción es una consecuencia del seguir amando.
Y yo le besé para que él creyera que confiaba en él, y todavía me aferro a esa mentira para tener algo a lo que aferrarme.

- Sólo quiero saber que no me odias – concluyó alguien que consideraba haberme hecho daño.
Y yo le respondí de la manera más sincera existente que nunca podría decir nada malo sobre él, pero sabía que ya nada volvería a ser igual entre nosotros.

- No te metas con mi familia, que sabrán cuidar al gato, que, por cierto, ya no es tuyo.
Y mi gato murió dos semanas más tarde. Y ayer, caminando, vi a un gatito, y lo acaricié, y no tuve muy claro si el destino se empeña en recordarme mis desdichas o si, simplemente, tengo afanes autodestructivos.

- Eres una persona horrible – me digo a mí misma. Y la cuestión es que no sé el motivo ni el fruto de mi maldad.

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"Uno de sus complices- el poeta clásico-, el cual le dijo, guiándole:
- Por aquí..."

Oh, otra alusión a los clásicos!, en ese caso, de la Divina Comedia, Virgilio como guía de Zambombo por el París de principios de s. XX .

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"Zambombo leyó estas condiciones y las encontró aceptables; únicamente, en su afán de machacar a Arencibia, pidió que los disparos, en lugar de ser diez, fuesen ochenta y seis: a cuarenta y tres por barba. La proposición fue rechazada por unanimidad.


Arencibia aceptó también las condiciones, excepción hecha de la número cinco, que fijaba la hora del duelo.


-Yo no me levanto a las siete de la mañana ni para asistir a la resurrección de la carne -dijo lacónicamente.


Se convino entonces que el duelo se verificaría a las seis de la tarde, y como el despoblado del "Chatarra" (Carabanchel) estaría a esas horas pobladísimo, diéronse a pensar en un sitio solitario para la celebración del encuentro. Se propuso la sala del teatro Infanta Beatriz la hora de la función, pero por fin se eligió el kilómetro 8 de la carretera a las Islas Baleares."

"-Lo serán -corroboró Arencibia-, lo serán. Hoy usted tiene ilusiones y cree que sin ellas no podría vivir. Mañana verá claramente que la ilusión no es más que un error poetizado y prescindirá de ella para seguir viviendo. Con el amor le sucederá lo propio. No hay más que un amor: el del padre al hijo. El amor entre hombres y mujeres no es sino un conglomerado de pequeños resortes: el roce de las epidermis, la vanidad mutua, el trato social, la lucha por la vida, la costumbre de verse a diario y un poco de tesón y otro poco de necesidad de hablar con alguien en la cama y en la mesa. El amor es tan necio que debiendo andar por el mundo desnudo se afana por vestirse de púrpura. La atracción de los sexos por orden de la Especie es una verdad; el amor, como sentimiento puro y noble, es una inmensa y desoladora mentira. Yo se lo afirmo."


"-Estoy agotando mi existencia en el tedio; y la furia por divertirme toma aspecto de locura. No encuentro nada que me interese. Acaso el amor... Pero el amor es igual que el catarro.


-¿Igual que el catarro? -dijo Mignonne aceptando el anzuelo-.


¿Por qué?


-Porque, como el catarro, empieza por una congestión y acaba obligándonos a limpiarnos los ojos con el pañuelo.


-Eso es bonito... -suspiró la niña de senos pequeños y agresivos, igual que granadas de mano."

Y como colofón de la sublimidad:
"-¿Qué haces? -no pudo por menos de interrogar Mignonne.


--Miro las estrellas.


--¡Pero si estás mirando mis ojos!


--Es verdad. Perdona. Me había confundido (1).


Por toda respuesta Mignonne se apretujó contra Zambombo y preguntó señalando las estrellas:


--¿Dónde está el "carro"?


--En la cochera.


--¿Es verdad que hay una estrella que se llama Calipso?


--No hagas caso de calumnias.


--¿Crees en la pluralidad de los mundos habitados?


--Mientras las pulgas den saltos tan grandes, ¿por qué no? Las pulgas emigran de planeta a planeta.


--¿Has oído hablar de la Aurora Boreal?


--No leo a ninguna poetisa venezolana.


--¿Qué es la Astronomía?


--Una de esas barbaridades que engordan, como la antropofagia y el pan de gluten.


A cada nueva respuesta, el gesto de Mignonne con respecto a Zambombo era más sumiso, más admirativo, más entusiasta, más inductivo, más apasionado.


Zambombo lo notó. "Un toque más y me echa los brazos al cuello subyugada", se dijo.


Y calculó que el toque estaba en dar un doble salto mortal, aquel doble salto mortal que nunca había intentado hasta el día que lo ejecutó para rendir la complicada fortaleza de Sylvia Brums.


Se recogió en sí mismo, hizo un poderoso esfuerzo muscular y se lanzó al espacio.


Y su cuerpo, largo y flexible, desapareció por la abierta ventanilla donde, momentos antes, había estado apoyada Mignonne."




Después de estas referencias al amor, yo considero que es el periodo comprendido entre dos conjunciones adversativas. Como enunciaría Poncela:
AMOR = (P1) [conj adv.] (P2) [conj adv.] (p3) [conj adv.] ---> muerte.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"El niño comía tierra, utilizando como cuchara una pala de juguete"

Mmm.. creía que sólo uno de mis amigos hacía eso.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - Jardiel Poncela

Siendo un escritor anterior a la Guerra Civil, divisamos en su obra rasgos de surrealismo:


"Eligieron una mesa que tenía el mármol roto y se sentaron.
-Cerveza, pidió Fermín al mozo.
Y aseguró a su amigo:
-La cerveza de aquí es estupenda.
-¿Sí? -indagó Zambombo.
-¡Maravillosa! -corroboró el "chauffeur" con entusiasmo.
-Entonces -resolvió Zambombo dirigiéndose al camarero- tráigame una
taza de café."


Rasgos evocadores de tiempos de anataño, todo visto desde una perspectiva de orden masivo que el lector,ora es un loco adicto al orden, ora se vuelve loco al ver tanta sección:


"Zambombo y Fermín discutían un tema de política interior.
--Yo te digo -aseguró Fermín chupando naranja- que el "Persianas"
("nombre dado por los alumnos al profesor de Aritmética") es más sucio que
"Queso Duro" ("nombre dado por los alumnos al profesor de Geografía").
--¡Qué va! -rezongó Zambombo-. Es más sucio "Queso Duro". Yo le he visto
guardarse un huevo frito en el bolsillo.
--Y yo al "Persianas" le he visto lavarse las manos con los guantes puestos.
Otro alumno, Matías Ros, se acercó a ellos.
--Oye, Matías -indagó Fermín buscando un apoyo-. ¿Quién es más sucio?
¿"Persianas" o "Queso Duro"?
--El más sucio es "Lentejilla" ("nombre dado al profesor de Latín"). En el
cuarto de "Lentejilla" hay tal olor que hace diez años un alumno que entró murió a
las dos horas."

Evocaciones clásicas, con las que disfruto mucho:

"Al acabar las clases Zambombo y Fermín se encontraron en la calle frente a
frente, como Vercingetórix y César en las Galias."

Y más surrealismo:
-Pero, si no recuerdo mal, tú tenías cierta afición a la Medicina -observó
Zambombo.
--No recuerdas mal. La tuve. Sólo que a los quince años me puse enfermo
de inapetencia; el doctor me obligó a que durante treinta y seis meses tomase
todos los días una medicina hecha con ruibarbo, cuasia, retama, quina y jarabe
simple, y al tomar la última cucharada de aquélla, mi afición a la Medicina había
desaparecido completamente.
--Algo semejante le ocurrió a mi padre. Era un entusiasta de las armas de
fuego, y el día que al disparársele una pistola quedó muerto en el acto, su
entusiasmo por las armas de fuego se acabó de un modo radical.
Zambombo dejó escapar un suspiro, que se marchó revoloteando, y añadió:
--Las aficiones de los humanos son efímeras.
Fermín sacó su cuadernito, apuntó la frase ..."


[Anoche recordé una conversación de hace dos años con un par de amigas. Una de ellas se había cruzado con una conocida suya que estudiaba Filología Clásica.
Cuando se despidieron, una de mis amigas dijo:
- Estudia Filología Clásica, es la carrera con menos salidas que existe.
- ¿Qué es eso? - preguntó la otra amiga.
- Latín y griego, creo - respondió.
- A mí me gusta eso, igual hasta hago esa carrera- dije yo.
- Pues vaya, no te va a servir para mucho... Para comunicarte con los muertos - bromearon.
No sé por qué no lo había recordado hasta anoche.]


jueves, 29 de noviembre de 2012

Amor se escribe sin hache - Jardiel Poncela

Hoy me he iniciado en su lectura. Me había dicho Alicia que me reiría mucho. No me he reído, obviamente, entre otras cosas porque iba en el tren. Por ahora sólo me he leído el prólogo, y porque lo ha hecho el propio autor. Creo que me siento identificada con su forma de escribir.
Aquí sus perlas:

" A LA MARAVILLOSA Y EXQUISITA
NEZ-EN-L'AIR
, CUYO
PERFUME PREDILECTO COMPRÉ MUCHAS VECES
PARA PODER RECORDAR EN LA AUSENCIA
SUS OJOS MELANCÓLICOS.
EN RECOMPENSA A CUANTO LE HICE SUFRIR;
COMO RECUERDO DE LOS AÑOS FELICES EN QUE
VIMOS AMANECER JUNTOS Y PARA QUE AL LEER
ESTE LIBRO EN ALGUNA CIUDAD REMOTA, COMPRENDA
QUE NO HE OLVIDADO MI PROMESA."
[Enrique, 1928)



"RUEGO DEL LECTOR:
Lector, lectora: algunos autores te ruegan que no prestes sus libros a nadie, porque, prestándolos, pones a tus amigos en condiciones de que no necesiten comprarlos, con lo cual el escritor sale perjudicado en sus intereses. Yo, que tengo los mismos intereses que los demás autores, te ruego todo lo contrario, esto es: que prestes en cuanto lo leas el presente libro. Como la persona a quien se lo dejes no te lo devolverá, tú te apresurarás a comprar otro ejemplar inmediatamente. También ese segundo ejemplar debes prestarlo y adquirir un tercero y prestarlo; y adquirir otro más y prestarlo también.. Con tal sistema, a pocos amigos que tengas a quienes acostumbres a prestar libros, yo haré un buen negocio y te quedaré agradecidísimo."


"Siempre es divertido hablar de uno mismo.
HEINE"


"Fui siempre un niño díscolo y desaplicado. Y en mi vida de escolar se yerguen dos odios indomables: las matemáticas y los paraguas; nunca pude soportar el uso del paraguas; nunca pude admitir el que la "suma de los ángulos da un triángulo sea igual a dos rectos". (Y aun hoy, me resisto a admitirlo.) En cambio, constituía mi felicidad pegarme con los compañeros y faltar a clase. Sin embargo, como mi facultad comprensiva y retentiva era sólida, hice siempre buen papel y obtuve notas en todos los exámenes."


"Respecto a la vida, encuentro que, a semejanza del Mississipi, es demasiado larga. Demasiado larga, porque basta volver la vista atrás para resumir cinco, seis, diez años en un solo instante de placer o de dolor; lo demás se ha esfumado, ha desaparecido, no existe, o -lo que es lo mismo- no necesitaba haber existido nunca. Y es también demasiado triste: tan triste, que todo lo agradable de la vida tiende a hacer olvidar que se vive."


" La cita de Heine con que he encabezado el prólogo no la escribió nunca Heine. La he escrito yo, y he puesto debajo el nombre de Heine como podía haber puesto el de Landrú."

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El coronel no tiene quien les escriba - G. G. Márquez

"- Nada para el coronel - dijo.
El coronel se sintió avergonzado.
- No esperaba nada- mintió. Volvió hacia el médico una mirada eternamente infantil-.
Yo no tengo quien me escriba."


[Al leer el fragmento de a continuación sólo he podido articular para mis adentros un sintagma: Puto Márquez]

"- Todo el mundo dice que la muerte es una mujer-, siguió diciendo la mujer. Era corpulenta, más alta que su marido, y con una verruga pilosa en el labio superior. Su manera de hablar recordaba el zumbido del ventilador eléctrico.- Pero a mí no me parece que sea una mujer-, dijo."


martes, 27 de noviembre de 2012

El coronel no tiene quien le escriba - G.G.Márquez

"Durante cincuenta y seis años- desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban."

"Sonrió. Pero la mujer no se tomó el trabajo de mirar el paraguas. <>, murmuró.


"-Parecen zapatos de huérfano-protestó. Cada vez que me los pongo me siento fugado de un asilo.
- Nosotros somos huérfanos de nuestro hijo- dijo la mujer."

domingo, 25 de noviembre de 2012

Café de artistas - C.J. Cela

"- Oye, Manolo, dame otro café.
Manolo, que para eso estaba, respondió:
- Voy, don Cirilo, ¡para eso estamos!"

.................................


"-[...]Pobre don Mamet, ¡siempre tan cumplido y buena persona! El día que fallezca, yo lo he de sentir mucho, créame usted.

Isidro Gil Ciruelo procuró sonreír. La Rosaurita estaba admirada y, en aquellos momentos, lo quería más que nunca." (Estilo indirecto libre)


...................................

La obra presenta una tesis deductiva, pues ya en la primera página se refleja una síntesis del argumento de la obra:

El café es donde me siento más español que nunca.- SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL


Y una vez concluida la lectura, datos curiosos sobre el inquietante carácter de Cela (fuente, Wikipedia):

Tenía grandes dotes de actor, entre ellas una voz poderosa, una excepcional capacidad paródica, sabia dosificación de la expectativa y la sorpresa, empatía con el auditorio y un gran sentido del espectáculo.22 Cela siempre se mantuvo independiente y a contrapelo de muchas tendencias aun reconociendo una «grave falta de interés por la aventura intelectual». Mantuvo sus ideas políticas derechistas, y el hecho de haber combatido y trabajado a favor del campo nacionalista, le granjearon la enemistad del establishment literario "progresista" y la los gobiernos socialistas de la época.15 A ello contestaba Cela con su humor dedicando algunos de sus libros «a mis enemigos que tanto me han ayudado en mi carrera».
Considerado como «gran farsante», por la constante antinomia que mantuvo durante su vida entre lo que decía y lo que hacía, Cela propició una especie de relaciones públicas al revés. Era pronto para la imprecación y el exabrupto.23
En octubre de 1989 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura según la propia Academia sueca: «...por la riqueza e intensidad de su prosa, que con refrenada compasión encarna una visión provocadora del desamparo de todo ser humano».
En 1994 recibió el Premio Planeta. La obra premiada de Cela, La Cruz de San Andrés, dio origen a un juicio por supuesto plagio que ha sido reabierto,24 al haber sido denunciado por una de las participantes que enviaron manuscritos al citado certamen, si bien los peritos judiciales que intervinieron descartaron la existencia de plagio. En efecto, en 1999 la escritora María del Carmen Formoso Lapido presentó una querella contra Cela ante la Audiencia Provincial de Barcelona, acusándolo de haber plagiado su novela Carmen, Carmela, Carmiña, presentada al Premio Planeta del año anterior. Según la autora, entre su libro y el que resultó ganador, es decir, La cruz de San Andrés, de Cela, había coincidencias temáticas, argumentales, de personajes, tiempos, circunstancias, e incluso, frases textuales que permitían sospechar que la obra de Cela era plagiaria.

En 1995 recibió el Premio Cervantes, el más prestigioso galardón literario de los países de lengua española.
Murió el 17 de enero de 2002 a los 85 años. Sus últimas palabras fueron: ¡Viva Iria Flavia!.25

sábado, 24 de noviembre de 2012

Catetos

Para el trabajo de catalán iríamos a ese pueblo. Estaba a veinte minutos en tren. Teníamos el pase de tren mensual y no nos costarían denarios el viaje. Ella nos esperaría en la estación. A nosotros no nos apetecía ir porque no sabíamos nada de sus hábitos, pero lo que conocíamos sobre estos no nos gustaba, nos parecía una persona muy inquietante. Sin embargo, mi pedantería ansiaba una buena calificación en dicha materia, y él a aparte de mi compañero era mi amigo, por lo que accedió a realizar el trabajo con M también, la chica de ese pueblo y cuyas costumbres nos resultaban perturbadoras.
A y yo, en la estación, bromeábamos con una parte de terror sobre que ese podría ser nuestro último día en el mundo en el caso que M nos matase, ja, igual hasta había puesto una bomba en el tren, digno de psicokiller.
El tren avanzaba y los veinte minutos se hacían muy cortos. Sólo faltaba una parada y estábamos realmente abúlicos. La ataraxia, el tedio y el hastío eran el pilar fundamental de nuestra emocionalidad de aquella mañana. Llegamos a ese pueblo. Eran las diez y media. Ella todavía no estaba.
Llegó M y nos dio dos besos como saludo. Nos pidió que la acompañásemos a una librería pues debía realizar un pedido. Aceptamos a acompañarla. Por el camino me devolvió mis apuntes y me los devolvió pues afirmaba que resultaba mucho más rentable comprarse el dossier entero que fotocopiar todos los folios, pero me agradecía el desinteresado préstamo. El librero se esforzaba por hablar bien nuestro idioma, pero en un lugar aledaño a la capital era imposible no sentir que esa habla era muy forzada. En la librería nos mostró nuestra compañera los libros que se había leído. Todos eran de romanos, no en vano estudiaba con nosotros, pero me llamó la atención el hecho de que indicase uno en particular, Yo, Claudio. Me llamó la atención porque un profesor mencionó algo sobre una serie que hacían en su infancia llamada yo, Claudio. Creo que comentó algo de que era muy violenta e incluso sicalíptica. Salimos de la librería y nos dirigimos a su casa, que estaba en sentido contrario al de la librería tomando como punto de partida la estación. Llegamos al edificio en cuestión.
El edificio estaba en una zona que aparentaba ser conflictiva. Puede que fuera una de esas calles en las que viven las gentes con menos recursos, recluyendo así al enorme sector inmigrante y étnico, pero como no éramos de ese pueblo no lo podíamos afirmar.
- Éste es mi patio – sonrío gustosamente M mientras señalaba su rellano.
Yo nunca había oído que al rellano de un edificio se le llamase “patio”. El patio para mí era un corral, o un jardín, no un rellano. Sería que en ese pueblo se le designaría de ese modo, o tal vez fuese que en su familia se le llamase así, que ella estuviese buscando otro vocablo pero sólo le había surgido el decir “patio”. ¿Qué opina usted?
- Son cuatro pisos sin ascensor.
- Pero, allí hay un ascensor- dijo A.
- Sí, pero tiene llave, ya sabes, de esas que sólo pueden tener los que pagan el ascensor.
Yo me había preguntado para mí misma muchas veces si serían tan exageradas como ella afirmaba sus carencias económicas. Y lo eran, pues subir al cuarto piso sin ascensor puede ser muy pesado, especialmente si se deben cargar las bolsas de la compra. Ahora que conozco su contexto familiar, me compadezco de su madre, pobre mujer, subirá cargada como una mula todos los días para satisfacer los caprichos de su marido.
- Tengo un gato, siempre está corriendo por toda la casa.
Abrió la puerta que daba a su casa vista como habitáculo donde se realizan las funciones vitales. El panorama no mejoro. Los muebles aparentaban ser de los años cuarenta. No exagero, muchas veces sí, pero ahora no lo estoy haciendo. No estaba sucio, pero estaba todo muy recargado de objetos estúpidos, véase una foto de comunión en el salón principal con pequeñas fotos de carné enganchadas por su marco. Nos dijo que su padre y su hermano estaban durmiendo y su madre comprando. Eran las once y pico de la mañana y todavía estaban durmiendo, qué vagos y parásitos, como decía el ya nombrado profesor y como antes que él inventó Camilo José Cela en su perfecta obra La colmena. Pasamos a su dormitorio. Ella me había dicho que su habitación – que curioso, llamamos “mi habitación” al sitio en que dormimos y le añadimos un posesivo como muestra de nuestro afán dominador, pura metalingüística- era pequeña, pero no sólo era pequeña, también era angosta y atrasada de la actualidad cronológicamente. Ese atraso no era positivo, como habitaciones preciosas ambientas en otros tiempos, o con muebles de los noventa, - dios, como me gustan los muebles de los noventa con su enormes espejos, con sus vitrinas de color y su gotelé en las paredes - . Ese anacronismo sin beneficio alguno se basada en colchones de muelles deformados, con la cabecera de la cama con su nombre grabado y con mantas de color rosa pastel que aportaba un aspecto más horrible al aposento. Empezamos con el trabajo, o bueno, lo finalizamos.
No quedé satisfecha, yo podría haber hecho un trabajo perfecto haciéndolo sola. Pero el hecho de estudiar con A me hacía renunciar a una perfección absoluta con la intención de que mis conocimientos acrecentasen su nota. Bah, podría sacrificarme por él. No me gustaba el tema del trabajo, “Normalizar al catalán un texto no normativo de Bernat i Baldoví”. En fin, horrible, pero hecho, que era lo que más me importaba.
Nos dieron las dos, o posiblemente fueran las dos y cuarto. M nos dijo que ya estaba toda su familia y que deberíamos ir en ese momento a comer. Sí, íbamos a comer con toda su familia. Nunca había comido con familiares de amigos, y mucho menos de compañeros. Sólo había comido con la familia de mi amiga Me. Eso no había sido muy incómodo, pero esto sí que lo sería, pero teníamos que comer allí para acabar el ya aburrido trabajo.
Su hermana tenía la misma cara que ella, M, pero no parecía tanto una seta. Era más alta y más delgada que ella. Ya era madre. Su hija era una bebé que se llamaba Aitana. Ella se llamaba Anabel. Era la única de la familia que no parecía sacada de un manicomio. Estaba casada con un tal Marcos. Marcos era una persona horrible. Gustábale destacar con sus groserías. Era un cateto, muy probablemente analfabeto- y con este calificativo me refiero a no saber que el verbo haber es impersonal o a no entender las reglas de acentuación, las castellanas, de las catalanas ya ni hablo- que enseñaba sus dientes para parecer aún más gracioso. Era un maleducado y un mal padre. De hecho llevaba a su bebé en brazos y le golpeó la cabeza con el marco de la obsoleta puerta. La niña empezó a llorar y su madre la cogió y le gritó irresponsable a su marido. Pasámos A y yo al comedor y nos sentamos en un sofá muy pequeño.
El padre de M se llamaba Eusebio. En ningún momento se levantó del sofá, ni para comer. Pero sí que tenía la voz suficiente para insultar a su mujer, la madre de M, Juani, y para gritarle por el mero hecho de que cuando él se había despertado ella todavía no estaba en casa y por que la comida tardaba mucho en llegar. El otro hermano de M tenía 32 años y vivía todavía en la diminuta morada. Se levantó para comer y todavía iba con el pijama. Era el más delgado de la familia. Se llamaba como su padre, Eusebio. Bromeaba con su cuñado, la persona horrible.
Comimos entre burlas de la familia, observando el panorama de discusiones, enfrentamientos, tedio en los ojos de Juani, y vergüenza por pertenecer a la misma especie que aquella gente.
En esas situaciones uno se percata de que su familia es bastante normal. Y que uno es bastante más inteligente y que tiene un poso cultural lo suficiente considerable comparado con aquellos humanoides. Eran despojos sociales, especialmente el cuñado. Remitían al reflejo satírico que los países extranjeros tienen sobre nuestra patria. Las mujeres en aquella familia no tenían ninguna oportunidad, vivían por y para sus maridos. Los hombres no tenían en por qué esforzarse en nada. Eusebio hijo cuando acabó de comer se vistió – al fin- y se fue a hacerse un café al bar. El cuñado se lió dos porros cuando terminó de comer y se los fumó delante de la bebé, sin importarle los pulmones de ésta.
- ¿Los estáis viendo? – gritó levantándose de la mesa M- Pues no los vais a volver a ver porque les estáis dando una imagen…
Cuánta razón que tenía, ya no volveríamos nunca.
A y yo teníamos ganas de parar la discusión y decirles clara y constructivamente nuestra opinión sobre ellos. Aunque no se puede permutar la conducta de seres como esos, y sí, lo digo especialmente por el cuñado. Cómo gustaríame estar en un universo en el cual fuese posible argumentar y la gente razonase sobre la corrección de sus comportamientos.
Cuando pudimos fuimos a la estación. Nuestra compañera M no hizo alusiones a la comida, se percibía que ella también se avergonzaba de las primarias, banales e incongruentes aportaciones de algunos de sus familiares. Anabel ya se había intentado excusar del comportamiento de su esposo.
Me preocupaba mucho más el destino de la bebe, o del gato Copito, pero en aquella estirpe sólo faltaba Rubén.
Y, oh, pobre M cuando llegase a su casa todos los días y observara que formaba parte de un linaje de catetos e ignorantes que no tienen ni ambiciones ni deseos de permutar sus condiciones. Y qué contradicción entre la antagonía de su amor a sus parientes y vergüenza ajena. Y qué tedio el de la pobre Juani cuando no vea por ninguna parte compensaciones por su sacrificio. Sentía su vida tan desaprovechada como yo lo siento de esta tarde.
¿Cómo os puedo describir yo, oh lectores, lo inefable de aquellos sentimientos que recorrían mis entrañas mientras una servidora trataba de no alzar la mirada que aquel plato de macarrones con atún y chorizo que una mujer esclava había preparado por amor a su hija y por orgullo de que una mujer de aquella familia hubiese podido llegar cursas estudios universitarios sin ninguna impedimenta, y nunca mejor dicho (aunque evidentemente ese buena mujer nunca había tenido la posibilidad de conocer el real significado del vocablo “impedimenta”)?


[Por si faltara poco, he leído hoy a un ignorante citar a Cela, anonadada hallome].

viernes, 23 de noviembre de 2012

Café de artistas - Cela

"El joven de provincias, más que bizco, lo que se dice bizco, era autónomo, y cada ojo se le iba para un lado, a discreción, como los cuernos de los caracoles."

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"Su prima Renata era gordita y de color sonrosado. La primera vez se casó con un veterinario, por amor; con un veterinario gordo y cabezón que olía a pana. La segunda vez se casó por conveniencia con odontólogo de muy buen tipo que olía a elixir que daba gusto."

jueves, 22 de noviembre de 2012

Catedral - Carver



LA LITERATURA NOS HACE ADOPTAR UNA DETERMINADA ACTITUD FRENTE AL MUNDO; Mukarovsky.


Hoy me he acabado el libro. El último relato es el que da nombre a la obra, Catedral. Un ciego dibuja junto con un hombre una catedral. El ciego no sabe muy bien cómo son las catedrales, pero toca con los dedos el fino trazo del resto del dibujo. Me ha parecido el más evocador de todos los relatos del libro. Lo leí hará un año, y el ciego me lo presentaron como a un ángel. Lo he leído ya condicionada por esto, aunque en la obra en ningún momento se dice, pero yo confío en las sabias conclusiones de quién me lo dijo, que fue la misma persona que me regaló el libro.
Hoy estoy comunicativa porque ha sido un buen día. He ido sola a la universidad porque Alberto está enfermo. He estado muy tranquila. En una práctica de castellano he hecho grupo con una amiga y con una señora que está estudiando a pesar de ser ya bastante mayor. Dice que le gustan las lenguas y que ahora era momento de estudiar. Tiene una basta cultura, conocía vocablos rebuscadísimos. La profesora nos ha felicitado por la práctica. Desamparados, la señora mayor que también es mi compañera nos ha contado que está casada, que su marido está muy contento de que ella estudie y que le ha regalado un portaminas con un sol dibujado. Dice que su marido le regala muchas cosas para que estudie en las más óptimas condiciones. Desamparados nunca había hablado conmigo, pero ha sido muy amable, y con Mireia también. Me ha dicho que si era de la Ribera, y cuando le he dicho que sí, que soy de Algemesí me ha dicho que se me nota mucho. Le he preguntado que por qué y me ha respondido que porqué hasta hablando en castellano, abro las vocales de una manera que pocos castellanoparlantes saben. Creo que me ha gustado oír eso, las vocales abiertas vienen del griego, y me gusta el griego, ergo me gustan las vocales abiertas. En catalán la profesora creía que éramos de Filología Catalana y nos ha hablado de los trovadores. He aportado información sobre el sirventés, y la gente ha dado opiniones sobre la lírica trovadoresca de occitania. Pero no somos de Filología Catalana. Pero es mejor escuchar batallitas que hacer dos horas de dialectología. En la clase de Literatura una chica ha dicho que Pérez Reverte es basura, pero que Ruiz Zafón es peor. A mí me gusta Zafón, sé que no es un clásico, pero si todo lo que leyésemos fuera bueno no apreciaríamos las diferencias entre lo que es y lo que no es un clásico. Además, tiene buenas metáforas. Eso he dicho yo. Una chica de mi clase me ha dado la razón. Después en el tren ya no tenía nada que leer, esta noche quería empezarme un nuevo libro, pero será mejor que me lea "Els parlars", sobre el dialecto oriental del catalán. No es por gusto. Por la tarde tenía que dar clases particulares a un amigo, y Jose me ha ido adelantando deberes. No estaba del todo bien hecho, pero no se lo he dicho. Sé que nunca leerá esto. Valoro que me haya intentado ayudar. Si lo leyese estoy diciendo bien de él. He pensado en escribir mi día en frases cortas, pero no se me va a quedar tan bien como a Carver. Pero tenía la necesidad de escribir, y no tenía ganas de pensar en un tema. Son las nueve y media de la noche y creo que ha sido un buen día.


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"En su último día de trabajo, el ciego le preguntó si podía tocarle la cara. Ella accedió. Me dijo que le pasó los dedos por la nariz, por toda la cara, incluso el cuello. Ella nunca lo olvidó. Incluso intentó escribir un poema. Siempre estaba intentando escribir poesía. Escribía un poema o dos al año, sobre todo después de que le ocurriera algo importante."

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"Una mujer cuyo marido jamás ha leído la expresión de su cara, ya fuera de sufrimiento o de arrepentimiento. Una mujer que podía ponerse o no maquillaje, ¿qué más le daba a él? Si se le antojaba, podía llevar sombra verde en un ojo, un alfiler en la nariz, pantalones amarillos y zapatos morados. No importa."

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"Luego le pregunté si le apetecía fumar un poco de mandanga conmigo. Le dije que acababa de liar un porro. No lo había hecho, pero pensaba hacerlo en un periquete.
- Probaré un poco- dijo.
- Bien dicho, así se habla.
Serví las copas y me senté a su lado en el sofá. Luego lié dos canutos gordos. Encendí uno y se lo pasé. Se lo puse entre los dedos. Lo cogió e inhaló.
- Reténgalo todo lo que pueda- le dije.
Vi que no sabía nada del asunto.
Mi mujer bajó llevando la bata rosa con las zapatillas del mismo color.
- ¿Qué es lo que huelo?- preguntó.
- Pensábamos fumar un poco de hierba-dije.
Mi mujer me lanzó una mirada furiosa. Luego miró al ciego y dijo:
- No sabía que fumaras, Robert.
- Ahora lo hago, querida mía. Siempre hay una primera vez. Pero todavía no siento nada.
- Este material es bastante suave-expliqué-. Es flojo. Con esta mandanga se puede razonar. No le confunde a uno.
- No hace mucho efecto, muchacho- dijo, riéndose."
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"- Se me acaba de ocurrir algo. ¿Tiene usted idea de lo que es una catedral? ¿El aspecto que tiene, quiero decir? ¿Me sigue? Si alguien le dice la palabra catedral, ¿sabe usted de qué le hablan? ¿Conoce usted la diferencia entre una catedral y una iglesia baptista, por ejemplo?
Dejó que el humo se escapara despacio de su boca."

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Catedral - Carver

"Hay otras dos personas. Están en hamacas, una a cada lado de la piscina. Uno de ellos es Irving Cobb, cocinero en Denny's. Se hace llamar Spuds. La gente lo llama así, Spuds, en vez de Irv o cualquier otro diminutivo. Tiene treinta y cinco años y es calvo. Tiene el color de la cecina, pero quiere más sol. En este momento, su nueva mujer, Linda Cobb, está trabajando en el supermercado. Spuds trabaja por la noche. Pero Linda y él se las han arreglado para tener libres los fines de semana. Connie Nova está en otra hamaca. Está sentada, dándose aceite en las piernas. Está casi desnuda, sólo la cubre el pequeño bañador de dos piezas. Connie Nova es una camarera del bar."

[Me encanta la descripción de los personajes, tan breve, con sintagmas concisos y fuente de inspiración, sin duda, para C.J.Cela en su Colmena]

"Menos nosotros, todos habían metido la mano en la ensaladera, como si fuera algo divertido. La mujer que sacó la tarjeta ganadora aplaudió. Era como un concurso de televisión." (refiérese a un divorcio gratuito, de nuevo, señores, una distopía que demuestra lo vacío de las gentes).


- Me pregunto si no la he vuelto a cagar.

martes, 20 de noviembre de 2012

De Philone - V. Martialis

"Numquam se cenasse domi Philo iurat, et hoc est:
Non cenat quotiens nemo vocavit eum".

[Filón jura que nunca ha comido en casa, y esto es:
No cena las veces que nadie lo ha invitado]

Gorrones los ha habido al largo de toda la historia...

lunes, 19 de noviembre de 2012

Catedral - Carver

"El facto examinó la vía. Luego miró atrás, en la dirección en que venía el tren. Alzó el brazo y, con la linterna, hizo una señal al maquinista. Eso era lo que el maquinista esperaba. Giró el botón y bajó una palanca. El tren arrancó. Lentamente al principio, pero luego empezó a alcanzar velocidad. Fue acelerando hasta que una vez más surcó la campiña a toda marcha, con sus vagones brillantes arrojando luz sobre la vía".
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"Después de colgar, lamentó que no se le hubiera ocurrido decir otra cosa diferente de lo que había dicho. En la vida había hablado así. No mantenían relaciones amorosas, él no las llamaría así, aunque ella le gustaba. Carol sabía que él atravesaba una mala época, y no le exigía nada".

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"Y al momento siguiente decía: "no quiero volverte a ver más. Nunca te lo perdonaré, zorra indecente." Y poco después: "Vuelve, cariño, por favor. Te quiero y te necesito. Los niños también te necesitan"."

domingo, 18 de noviembre de 2012

Catedral - Carver

"Él se sentó en un extremo del sofá y ella en el otro. Pero el sofá era pequeño y, a pesar de todo estaban cerca el uno del otro. Tanto, que con alargar la mano hubiera podido tocar la rodilla de Inez. Pero no lo hizo"

Catedral - Carver

"Su trabajo era indispensable, era pastelero. Se alegraba de no ser florista. Era preferible alimentar a gente. El olor era mucho mejor que el de las flores.
- Huelan esto - dijo el pastelero, partiendo una hogaza de pan negro-. Es un pan pesado, pero sabroso.
Lo olieron y luego él se lo dio a probar. Tenía sabor a miel y a grano grueso. Le escucharon. Comieron lo que pudieron. Se comieron todo el pan negro. Parecía de día a la luz de los tubos fluorescentes. Hablaron hasta que el amanecer arrojó una luz pálida por las altas ventanas, y ni se les ocurría marcharse."

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" No quería tocar a Donna. El abrazo que nos dimos aquella noche en la cocina, los besos en el Off-Broadway, todo eso había terminado.
- ¿Qué vas a hacer? - le pregunté.
Pero no me importaba. Si en aquel momento se hubiese muerto de un ataque al corazón, no me habría causado impresión alguna.
- A lo mejor me voy a Portñand - dijo-. Debe haber algo allí [...]".


[Cada vez me vicio más a estos relatos]

sábado, 17 de noviembre de 2012

Catedral - Carver

"Pronuncié su nombre para mis adentros. Era fácil de decir, y estaba acostumbrada a repetirlo desde hacía mucho tiempo. Luego volví a decirlo. Esta vez en voz alta. Wes, dije.
Abrió los ojos pero no me miró. Simplemente se quedó sentado donde estaba y miró a la ventana. Linda la Gorda, dijo. Pero yo sabía que no se trataba de ella. No era nada, sólo un nombre. Wes se levantó, echó las cortinas y el mar desapareció como por ensalmo. Fui a preparar la cena. Aún teníamos un poco de pescado en la nevera. No quedaba mucho más. Esta noche haremos limpieza, pensé, y eso será el fin de todo."

viernes, 16 de noviembre de 2012

Catedral- Carver

"Se acercó un poco más para que pudiera abrazarla. Fran es como un gran vaso de agua."

[¿Metáfora surrealista?, quién sabe en que pensaría Carver para comparar a una mujer con un vaso de agua, aunque la verdad, el hecho de describir a una familia que por mascota tiene a un pavo real ayuda a enterlo todo, expresionismo].

miércoles, 14 de noviembre de 2012

[...] Y después de cuatro meses, te invitaré a un cigarrillo, y fumaremos, y hablaremos, y te contaré que dejé de fumar hace dos meses pero que es una excepción que merece la pena, y que todo va bien, y que la carrera está bien, y que todo ha mejorado mucho...

[second week without smoking, well]

sábado, 10 de noviembre de 2012

Tabaquería, Fdo. Pessoa

"He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada."



Creo que podría resumirse perfectamente en la palabra "desasosiego", pesimismo en estado puro pero con una literariedad que aporta una belleza incomensurable. Veáse puntos de relación con el espíritu universal de Hegel.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Si todos los filólogos fuesen como S.I.L. y A.M.M. sería posible vencer al analfabetismo, que está más extendido de lo que parece, por cierto.

lunes, 5 de noviembre de 2012

IN PROCILLUM - epigrama de Marcial

"Quaedam me cupit- invide Procile!- // Loto candidior puella, cygno,// Argento, nive, lilo, ligustro:// Sed quandam volo nocte nigriorem, // Formica, pice, graculo, cicada. _______________________________________________ [ Cierta joven más blanca que el loto, el cisne, la plata, la nieve, el lirio, el ligustro me desea - ¡Envidiame, Procilo!- // Pero yo quiero a alguna más negra que la noche, que una hormiga, la cigarra, el grajo y la pez ]

La tertúlia de Colau - Bernat i Baldoví

"menten els que són amics, menten els que són contraris"

domingo, 4 de noviembre de 2012

El caminante - Dickens

"Una vez, hace ya muchos años, hubo un caminante que partió para un prolongado viaje. Era un viaje mágico, que parecía muy largo al comienzo y muy corto cuando llegó a la mitad de la ruta. Anduvo a lo largo de un sendero oscuro durante un breve espacio de tiempo, sin divisar a nadie, hasta que se encontró frente a un hermoso niño. Entonces le preguntó: “¿Qué haces aquí?”. Y el niño contestó: “Juego siempre. ¡Ven y juega conmigo!” Pues bien, él jugó con el niño durante todo ese día, y ambos estaban muy alegres. El cielo parecía tan azul, el sol tan brillante, el agua tan clara, las hojas muy verdes, las flores muy bellas; y oyeron cantar a tantos pájaros y vieron tan gran cantidad de mariposas que todo les pareció maravillosamente hermoso. Todo eso, cuando hacía buen tiempo. Si llovía, les gustaba contemplar las gotas que caían y percibir el olor de frescos aromas. Cuando el viento soplaba era delicioso escucharlo e imaginar lo que quería decir al lanzarse desde su guarida (solían preguntarse dónde estaba situada) silbando y aullando, empujando a las nubes, doblando los árboles, rugiendo en las chimeneas, sacudiendo la casa y haciendo bramar con furia al mar. Pero, mejor aun cuando nevaba; porque nada les gustaba más que admirar los copos que caían con rapidez, formando una espesa alfombra, como plumón que cayera de millares de pájaros blancos, y observar cuán liso y profundo era el alud; y escuchar nada más que silencio sobre rutas y caminos. Disponían en abundancia de los mejores juguetes del mundo y de los más admirables libros de figuras; todos referidos a cimitarras, babuchas y turbantes, duendes, gigantes, hadas, enanos y barbas azules; a riquezas, a selvas y cavernas, todo moderno, todo verídico. Pero un día, de súbito, el viajero perdió de vista al chiquillo. Lo llamó por su nombre muchas veces sin obtener respuesta. Entonces siguió su camino y recorrió un trecho breve, sin encontrar a nadie, hasta que divisó a un niño muy hermoso, a quien preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y el niño contestó: “Estudio continuamente, ven y aprende conmigo”. Entonces, el viajero, instruyóse acerca de Júpiter y Juno, de griegos y romanos y no sé cuántas cosas más que yo no podría contar porque muy pronto olvidó mucho de lo que había estudiado. Pero no siempre estudiaban: también practicaban los más divertidos juegos conocidos. Cenaban en verano sobre el río y patinaban sobre el hielo en invierno; siempre activos, ya en pie, ya montando a caballo; en el cricket y en todo juego de pelota que yo no sé mencionar. Nadie podía vencerlos. Gozaban también de vacaciones, asistían a fiestas donde bailaban hasta medianoche y a teatros verdaderos donde contemplaban palacios de oro y plata que se elevaban sobre la tierra y admirando, al mismo tiempo, todas las maravillas del mundo. En cuanto a amigos, tenían tantos y tan leales, que carezco de tiempo para enumerarlos uno a uno. Todos eran jóvenes como el hermoso niño y jamás habían de ser extraños el uno al otro en el transcurso de toda la vida. Pero, aun así, un día, en medio de tantos placeres, el viajero perdió al niño, como antes perdiera al chiquillo, y después de llamarlo en vano, prosiguió su viaje. Caminó así un corto trecho hasta divisar a un joven a quien preguntó: “¿Qué haces aquí?”. Y el joven respondió: “Vivo eternamente enamorado. Ven y ama conmigo.” El viajero siguió entonces al joven y de inmediato encontráronse frente a la niña más hermosa que se viera jamás. Exactamente igual a Fanny, los cabellos y los oyuelos de Fanny, y se reía y sonrojaba como ella lo hace mientras estoy hablando. Entonces, el joven se enamoró al instante, como alguien a quien no quiero mencionar, la primera vez que vino hacia aquí y vio a Fanny. ¡Bien! era objeto de bromas algunas veces, como alguien que yo sé debe soportarlas de Fanny. Discutían otras; como sé que alguien y Fanny acostumbran. Luego hacían las paces y se sentaban en la oscuridad; se escribían cartas diariamente; nunca eran felices estando separados y siempre buscábanse el uno al otro, aun cuando simulaban lo contrario; se comprometieron en Navidad; están sentados muy juntos cerca del fuego y han de casarse muy pronto, exactamente como alguien a quien no quiero mencionar y Fanny. Pero el viajero lo perdió de vista un día, como sucedió con el resto de sus amigos, y luego de llamarlo para que volviera, sin tener éxito, continuó su camino. En esta forma recorrió un corto trecho sin ver a nadie hasta que se enfrentó con un hombre de edad mediana, a quien preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y su respuesta fue: “Estoy siempre ocupado. Ven y trabaja conmigo.” En esta forma comenzó ayudando al caballero, y juntos emprendieron el camino del bosque. Todo el tiempo fue empleado en cruzarlo, sólo que al principio aparecía verde y abierto como en primavera; y poco a poco comenzó a oscurecer y espesarse como en el verano; aun varios de los arbustos que brotaron más temprano volvíanse castaños. El caballero no estaba solo, sino acompañado por una dama de la misma edad, su esposa, y ambos tenían hijos que también les acompañaban. En esta forma avanzaron juntos por el bosque, cortando árboles y trazando un sendero a través de las ramas y las hojas caídas, llevando pesadas cargas y trabajando en forma intensa. Algunas veces avanzaban por largas avenidas verdes que desembocaban en bosques más profundos aún. Allí oían una vocecilla muy distante que gritaba: “¡Padre, padre, soy un nuevo hijo! ¡Detente y llévame contigo!”. Al mismo tiempo una figura menuda, que se agrandaba al adelantarse, acudía corriendo a reunírsele. No bien hubo llegado, todos se agrupaban a su alrededor, besándole y dándole la bienvenida, y juntos proseguían el camino. Algunas veces alcanzaron varias avenidas a la vez, y todos permanecían en silencio, interrumpido por la voz de uno de los hijos, que decía: “Padre, me voy al mar”. Y otro que agregaba: “Padre, me voy a la India”. Y otro: “Padre, iré a buscar fortuna donde pueda”. Y el último: “Padre, me voy al cielo”. Entonces, con muchas lágrimas de despedida, se fueron, y ellos continuaron solos, recorriendo avenidas, mientras cada hijo seguía su camino; el que fue al cielo, se elevó en el aire dorado, y desapareció. Siempre que estas separaciones tenían lugar, el viajero miraba al caballero y lo veía contemplar el cielo por entre los árboles, cuando el día empezaba a declinar y la noche se acercaba. Observó también que sus cabellos se volvían grises. Pero nunca pudo descansar por mucho tiempo, pues, debía alcanzar la meta y necesitaba estar siempre en acción. Al fin hubo tantos alejamientos que no quedó ningún hijo, y sólo el caminante, el caballero y la dama continuaron juntos el viaje. El bosque ya era amarillo, luego se tornó castaño, y las hojas de los árboles, aun hasta los de la floresta, comenzaron a caer. Entonces llegaron hasta una avenida más oscura aún que las anteriores, donde eran empujados hacia adelante sin permitírselos mirar atrás, cuando la dama se detuvo. -Esposo mío -dijo-, siento que me llaman. Escucharon entonces una voz que en lo alto decía: “¡Madre, madre!”. Era la voz del primer hijo, y ella agregó: -¡Me voy al cielo! El padre suplicó: -¡Todavía no, te lo ruego! ¡La noche ya se acerca; espera un poco más! Pero la voz continuó: “¡Madre, madre!”, sin hacerle caso, a pesar de su cabello ya completamente blanco y de las lágrimas que rodaban por su rostro. La madre, empujaba ya hacia la sombra de la oscura avenida, continuaba rodeando con sus brazos el cuello de su marido, mientras lo besaba, diciéndole: -Mi adorado, me llaman y debo irme. Se fue, y los dos quedaron solos, entonces. Y continuaron juntos hasta llegar muy cerca del final del bosque, tan cerca que podían observar entre los árboles la puesta del sol, que teñía el cielo de un color brillante. Entonces, una vez más, mientras se abría camino entre las ramas, el viajero perdió a su amigo. Llamó y llamó, pero no obtuvo respuesta; y cuando salió del bosque y contempló el sol ocultándose en un horizonte purpúreo, divisó a un anciano sentado sobre un árbol caído. Le preguntó entonces: -¿Qué haces aquí? Y el anciano contestó con una sonrisa tranquila: -Estoy siempre recordando. ¡Ven y recuerda conmigo! El peregrino se sentó al lado del anciano, de frente al sereno anochecer; y todos sus amigos volvieron en silencio y permanecieron a su alrededor. El lindo chiquillo, el niño hermoso, el joven enamorado, el padre, la madre y los hijos, todos estaban allí y nadie se perdió de vista."

domingo, 28 de octubre de 2012

Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime - Inmanuel Kant

"Parece un ardid de los varones que éstos hayan querido inducir al sexo bello a este trueque de gustos. Pues claramente conscientes de su debilidad frente a los encantos naturales de ellas, y que una sola mirada con picardía les causa mayor turbación que la cuestión escolar más difícil..." ___________________ MARIDO: "aunque no me améis, quiero forzaros a que me tengáis en gran estima." MUJER: "aunque no nos tengáis interiormente en gran estima, os forzaremos, sin embargo, a que nos améis".

viernes, 26 de octubre de 2012

La gran aventura de los griegos

Hoy, he realizado mi primer trabajo. Lo he enviado el último día que se podía. Al límite, pero rozando la perfección (sé que es una pedantería, pero la recesión bien que lo vale). Aquí me dejo un fragmento: "Los conflictos bélicos eran su pan de cada día pues, a pesar de que en muchas ocasiones se ha demostrado con escritos que se mostraban en desacuerdo con muchos aspectos de sus lares, como afirma Hesíodo sobre Ascra, la aldea donde vivía: “era mala en invierno, insoportable en verano, y buena jamás”"

lunes, 22 de octubre de 2012

La gran aventura de los griegos - Javier Negrete

Obviamente, estoy escribiendo últimamente sólo sobre lecturas obligatorias en esta nueva etapa de acercamiento intensivo a los clásicos, mas, estos anécdotas me parecen dignos de ser contados. Por cierto, en griego existe un verbo para designar "digno de ser contado", ya debería saber cuál es, antes de enero, espero, pues de lo contrario será difícil aprobar un examen de traducción sin diccionario, ya sabré. "Suelo comentar en mis clases que, si hubiese nacido en Grecia, como varón hubiese preferido vivir en Atenas antes que en Esparta. Pero si fuese mujer, sin duda elegiría ser una espartana. Segundo colofón: cuenta Plutarco que una mujer ateninese le preguntó a otra lacedemonia: "¿Cómo es que vosotras la espartanas sois las únicas que dais órdenes a los hombres?". A lo que la espartana le respondió: "Porque somos las únicas que parimos hombres de verdad"." "Supuestamente los espartanos comían con gran sobriedad, y el plato más célebre era el caldo negro: un guisote que constaba de sangre, vinagre y carne de cerdo entre sus ingredientes principales. Se cuenta que un sibarita lo probó y dijo: "Con razón vais tan contentos a la muerte, espartanos, con tal de no volver a probar esto"." "Imaginemos que la guerra de sucesión española de principios del XVIII hubiese quedado en empate y ahora tuviésemos reinando a la vez a los Austrias y a los Borbones (las revistas de corazón se forrarían sacando fotos a ambas familias, y los independentistas no darían abasto a quemarlas)." "Tras la batalla, la reina Tomiris hizo que buscaran su cadáver y le introdujo la cabeza en un odre lleno de de sangre humana para cumplir una amenaza anterior: "Si no abandonas este país, te juro que, por más sanguinario que seas, yo haré que te sacies de sangre"(a Ciro)."

miércoles, 17 de octubre de 2012

V. Llosa - La orgía perpetua

"Esa derrota, fatídica por las condiciones en que se planteaba el combate, tiene ribetes de tragedia y de folletín a las que yo, envenenado como ella por ciertas lecturas y espectáculos de adolescencia, soy más sensible."

lunes, 15 de octubre de 2012

Estoy llegando a la determinación de que mi vida ha caído en un bucle del que no voy a salir jamás. Jenofonte está más que presente, cuando no son las Helénicas, es la Anábasis... PD. bucle es un galicismo, en francés significa rizo. PD2. Sólo hablo de agotamiento académico, nada más.

viernes, 5 de octubre de 2012

"El elefante está enamorado del milímetro." J. Arp. [Muestra sentimentalista-surrealista].

miércoles, 3 de octubre de 2012

Hace poco, viendo una serie televisiva, concretamente "Lost", me llamó la atención una escena, de las que se consideran míticas, en la cual su protagonista, Jack, un doctor valiente que encarnaría en la actualidad el papel de Eneas y otros héroes similares, hacía gala de su título vanagloriándose de ser un doctor. Todos lo admiran por ello. ¿Quién no admira a un doctor? Ha estudiado duro, las vidas ajenas dependen de él, trabaja bajo muchísima presión... Y, ¿un filólogo podría ser un héroe? ¿Podría liberar y ayudar a sus aledaños con el manejo de la sintaxis y con las lenguas clásicas? ¿De qué puede servir un filólogo en las ocasiones duras? Si sólo es un filólogo. Encima, si estudia lenguas "muertas", ¿Le servirá para comunicarse con antiguos emperadores? ¿Con los antiguos legionarios? Dios, espero no acabar nunca de naufrago en una isla misteriosa...

lunes, 1 de octubre de 2012

"Yo quiero una lápida, es más me la voy a pagar. Quiero que ponga, además en letras fosforescentes: "no sabes lo que te pierdes". Y el que va pasando se va mosqueando." [Jose Luis Falcó]

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La Odisea - Homero

" Pero a su alma increpó golpeándose el pecho y le dijo: Calla ya, corazón, que otras cosas más duras sufriste."

martes, 25 de septiembre de 2012

La República - Platón

"-Si hay, pues, alguien a quien le sea lícito faltar a la verdad, serán los gobernantes de la ciudad, que podrán mentir con respecto a sus enemigos o conciudadanos en beneficio de la comunidad sin que ninguna otra persona esté autorizada a hacerlo. Y si un particular engaña a los gobernantes, lo consideraremos como una falta igual o más grave que la del enfermo o atleta que mienten a su médico o preparador en cuestiones relacionadas con sus cuerpos, o la del que no dice al piloto la verdad acerca de la nave o de la tripulación o del estado en que se halla él o cualquier otro de sus compañeros. -Nada más cierto -dijo." __________________________________ "Sólo se suicidan los optimistas", frase del filósofo Cioran que conozco gracias a las sabias aportaciones sobre la vida del profesor Falcó.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Virgilio - La eneida

"Speluncam Dido dux et Troianus eandem deueniunt. prima et Tellus et pronuba Iuno dant signum; fulsere ignes et conscius aether conubiis summoque ulularunt uertice Nymphae." _______________________________________________ "A la misma cueva llegan Dido y el caudillo troyano; La Tierra la primera y prónuba Juno dan la señal; Refulgieron los relámpagos y el aire fue testigo del himeneo; las Ninfas en las más altas cumbres comenzaron a gritar."

domingo, 16 de septiembre de 2012

"me pierdo si me deja y me encuentro si me roza…" Anoche, concierto épico de Extremoduro. Robe no llevaba falda, pero llevaba un mono vaquero.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Bertolt Brecht - Alabama song

"Show me the way to the next whisky bar Oh, don't ask why, oh, don't ask why Show me the way to the next whisky bar Oh, don't ask why, oh, don't ask why For if we don't find the next whisky bar I tell you we must die I tell you we must die I tell you I tell you I tell you we must die Oh, moon of Alabama We now must say say good-bye We've lost our good old mamma And must have whisky Oh, you know why. Show me the way to the next pretty girl Oh, don't ask why, oh, don't ask why Show me the way to the next pretty girl Oh don't ask why, oh, don't ask why For if we don't find the next pretty girl I tell you we must die I tell you we must die I tell you I tell you I tell you we must die Oh, moon of Alabama We now must say good-bye We've lost our good old mamma And must have a girl Oh, you know why. Show me the way to the next little dollar Oh, don't ask why, oh, don't ask why Show me the way to the next little dollar Oh, don't ask why, oh, don't ask why For if we don't find the next little dollar I tell you we must die I tell you we must die I tell you I tell you I tell you we must die Oh, moon of Alabama We now must say good-bye We've lost our good old mamma And must have dollars Oh, you know why" PD: Obviamente, no sé separar y será un caos su lectura. No obstante, llevo días con esta letra en la cabeza, la versión de Jim Morrison es realmente pegadiza http://www.youtube.com/watch?v=YdPoqfcB3Gk

martes, 11 de septiembre de 2012

Tiempos Difíciles- Dickens

"Lo condujeron con mucho tiento por los campos, por los senderos, por todo el ancho panorama, y Raquel llevaba siempre la mano de Esteban en la suya. Muy pocas veces turbaba un cuchicheo aquel dolorido silencio. No tardó el cortejo en convertirse en fúnebre. La estrella había guiado a Esteban al lugar en donde encontraría al Dios de los pobres; por el camino de la humildad, del dolor y del perdón, alcanzó el descanso de su Redentor." Reitero, es un asco la traducción. ________________________________ ANÉCDOTA NOCTURNA: Noche épica, batalla en la que una mosca salió victoriosa, se negaba a abandonar mi dormitorio.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Tiempos difíciles - Dickens

"Raquel se había levantado, permaneciendo en pie y a un lado con el chal y la cofia en la mano; Esteban, lleno también de asombro por aquella visita, colocó el candelero encima de la mesa. Hecho esto, permaneció en pie, apoyando la mano sobre la mesa que estaba cerca, y esperó que la recién llegada le dirigiese la palabra. Por primera vez en su vida entraba Luisa en una habitación de una familia obrera de Coketown; por primera vez en su vida hallábase frente a frente de algo individual en relación con los obreros. Se representaba la existencia de éstos por centenares y por millares. Sabía la cantidad de trabajo que rendía un número determinado de obreros en un determinado tiempo. Los había visto salir en grandes grupos de sus nidos y volver a ellos, lo mismo que las hormigas y los coleópteros. Pero, gracias a sus lecturas, sabía muchísimo más de la vida de estos insectos trabajadores que la de aquellos hombres y mujeres obreros." _____________________________________ "Era aquella una despedida precipitada en una calle pobre; pero era para aquellos dos pobres seres un recuerdo sagrado. ¡Oh, economistas utilitarios, maestros de escuela en esqueleto, comisarios de realidades, elegantes y agotados incrédulos, charlatanes de tantos credos pequeñitos y manoseados, siempre habrá pobres en vuestra sociedad! Cultivad en ellos, ahora que todavía estáis a tiempo, las gracias supremas de la fantasía y del corazón, para adornar con ellas sus vidas, que tanta necesidad tienen de ser embellecidas, o de lo contrario, cuando llegue el día de vuestro triunfo completo, cuando hayáis conseguido raer de sus almas todo idealismo y ellos se encuentren cara a cara y a solas con su vida desnuda de todo ornato, la realidad se volverá lobo y acabará con vosotros." ____________________________________ PD: Odio la traducción de internet, pero no estoy dispuesta a copiarlo directamente ahora.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Tiempos difíciles - Dickens

"Stephen se quedó en la calle con la cabeza descubierta, viendo como Rachel se alejaba deprisa. En la sencilla imaginación de aquel hombre, Rachel era, frente a las triviales experiencia cotidianas de su vida, como las brillantes estrellas frente a la triste vela colocada en la ventana." _______________________________________________ "El partido de los Gradgrind necesitaba reclutas para su tarea de degollar a las Gracias. Y los buscaba por todas partes. ¿Dónde podía confiar en encontrarlos con más facilidad que entre los refinados caballeros que, tras de comprobar que ninguna cosa valía nada, hallábanse igualmente en disposición para cualquier cosa? Además, esta clase de espíritus sanos, que habían ascendido a cumbres tan sublimes, ejercían atracción sobre muchos de los adeptos de la escuela de Gradgrind. A éstos les gustaban los caballeros refinados; afirmaban que no, pero la verdad es que les gustaban. Se fatigaban imitándolos; daban a su hablar las mismas inflexiones que aquéllos, y cuando agasajaban a sus discípulos con mohosos discursitos sobre economía política, lo hacían con aire de fatiga. No se había visto jamás en el mundo hasta entonces otra hibridación más asombrosa que aquella."

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Recopilación Fragmentos "Tiempos difíciles" - Dickens

"- ¡Vaya!- bramó el señor Bounderby-. ¿Qué sucede? ¿Por qué parece tan desanimado el joven Thomas? Hablaba de Thomas pero miraba a Louisa. - Estábamos echándole un vistazo al circo- murmuró Louisa, con altivez, sin alzar los ojos- y nuestro padre nos ha sorprendido. - Y, señora Gradgrind- dijo su marido con voz altisonante-, no me hubiera apenado más encontrar a mis hijos leyendo poesía. - Cielo santo - gritó la señora Gradgrind-. ¡Cómo habéis podido hacerlo, Louisa y Thomas! No salgo de mi asombro. Confieso que vuestro comportamiento bastaría para que cualquiera lamentase haber formado una familia. Me siento muy inclinada a decir que me gustaría no haberla tenido. Y en ese caso, me gustaría saber qué hubierais hecho. El señor Gradgrind no pareció muy favorablemente impresionado por aquel razonamiento tan contundente." __________________________________ " Todas las madres sabían bailar (y lo hacían) sobre la cuerda floja y daban volteretas sobre caballos que montaban a pelo; ninguna de ellas tenía el menor inconveniente en enseñar las piernas; y una de ellas guiaba sola, en las ciudades por las que pasaban, una carroza griega tirada por seis caballos. Todos presumían de tener experiencia y de mano izquierda en las cosas del mundo, no se caracterizaban por su pulcritud en la ropa personal, y su situación familiar distaba mucho de ser transparente. En cuanto a su educación, apenas habrían sido capaces, uniendo el esfuerzo de todos, de redactar una mediocre composición sobre cualquier tema. Eran, sin embargo, personas de notable delicadeza y candor, de una singular incapacidad para cualquier proceder deshonesto, y de una inextinguible disponibilidad para ayudarse y consolarse entre ellos, siendo merecedores a menudo de tanto respeto y siempre de tanta generosa indulgencia como se reserva de ordinario a las virtudes cotidianas de cualquier clase de personas en el mundo". _________________________________________________________________________________ "El joven Thomas manifestaba aquellos sentimientos sentado a horcajadas en una silla delante del fuego con los brazos sobre el respaldo y la cabeza apoyada en los brazos. Su hermana ocupaba el rincón más oscuro junto a la chimenea, unas veces mirándolo a él, otras a las chispas que se desprendían de la leña. (...) - Loo, a ti no te haría daño. Ya hice una excepción contigo en primer lugar. No sé lo que sería de mí sin ti en esta cárcel cancerosa." _____________________________________________________________________ " Y si viviera con ella sin casarme, si es que eso pudiera ser, lo que no sucederá nunca, siendo ella tan buena, ¡habría alguna ley para castigarme a mí y todos los hijos inocentes que nazcan?" ______________________________________________________________ " Volvió a besar el borde del chal de Rachel y la dejó marchar. Ella le dio las buenas noches con la voz quebrada y salió a la calle." ________________________________________________ PD: [Durante días me dedicaré a recopilar fragmentos de las lecturas estivales, especial hincapié a esta última citación ]

sábado, 28 de julio de 2012

El estado de gracia - Brodkey

"A partir de segundo curso siempre había sacado las mejores notas - mejores que ninguno de los compañeros de las diversas escuelas a las que fui - , lo cual aterrorizaba al resto del curso. Lo que más aterrorizaba era que, hasta donde ellos alcanzaban ver, no me costaba el más mínimo esfuerzo; para mí era como hacer juegos de manos. Nunca me tomaron el pelo, ni me atormentaron; prefirieron, simplemente, aislarme." [Después de demorar un mes mis vacaciones estivales por motivos puramente burocráticos, me retiro, hasta septiembre.]

jueves, 26 de julio de 2012

Tiendas de campaña

Jordi Castillo no tenía amigos en la escuela primaria. Su madre lo llevaba siempre a regañadientes. Él a veces lloraba. De los sofocones que se llevaba llorando, a veces, incluso, llegaba a vomitar. Él se alegraba de vomitar, pues una vez, gracias a eso, no fue al colegio. Pero las veces posteriores sí que lo llevaron a pesar de eso. Su madre se inquietaba pues no sabía por qué motivo Jordi odiaba la escuela. Lo hablaba con su tutora, y la única conclusión a la que se llegaba era que no se integraba. Pensaban tanto los pedagogos del centro como la tutora de Jordi que la culpa no era de los demás niños, sino que era del propio Jordi, que nunca intentaba interactuar con ninguno de los demás niños. Mientras que en los recreos todos los niños de su clase jugaban al fútbol, con canicas o a la peonza, Jordi se sentaba en un rincón de las escaleras, sacaba su carpeta y empezaba a hacer los deberes, pero no sólo los que le habían mandado, él hacía todos los folios que podía de su cuadernillo. De hecho, el primer trimestre ya había terminado todo el cuaderno. La tutora creía que tenía un talento especial, que de mayor Jordi sería un excéntrico y un antisocial. Jordi se entretenía en cualquier cosa que no fuese interactuar con los demás niños. Pero no porque los menospreciara, ni mucho menos. Jordi, en sus adentros, pensaba que sus compañeros de clase eran superiores a él, y por eso podían permitirse el lujo de jugar, mientras que él, como nunca se atrevía a hablar con nadie, simplemente haría lo que su madre le decía siempre: “Pórtate bien y haz los deberes”. No quería ir al colegio porque sus compañeros, después de ver que en los dos meses de clases seguía sin hablarles se decantaron por burlarse de él con la finalidad de ver si así conseguían algún tipo de respuesta de Jordi. Pero ese intento fracasó, pues Jordi, cuando oía que lo llamaban “mariquita” o “tonto” se callaba, hacía oídos sordos y cuando llegaba a casa, se encerraba en el baño y lloraba. A veces, cuando no lo podía soportar más, se iba al baño del colegio, cerraba el pestiño y se sacaba de su mochila a su mejor amigo, su osito Teddy (llamado así porque amaba una serie de animación muda donde el protagonista, un señor tan diferente al resto del mundo como él, tenía un osito de peluche al que llevaba a todos sitios) y le contaba en voz muy bajita, para no poder ser escuchado, los sucesos del día e imaginaba respuestas de Teddy para consolarse a él mismo. Sus calificaciones eran brillantes, aunque en clase no atendía a la maestra, en su casa releía lo que se había explicado y con una única leída le bastaba para obtener un nuevo diez. Su familia le felicitaba por sus dieces. Jordi no quería que lo felicitasen, a él no le parecía nada que mereciese una recompensa. No le gustaban los regalos, le aburrían los juegos de coches o los trenes eléctricos. Su madre se desquiciaba al ver que su hijo era el hijo más bizarro que hubiese pensado. Jordi, como por las tardes solía sentarse en la mesa a dibujar o a escribir historias fantásticas, a veces veía a su madre hablar por teléfono con una señora que no sabía quién era. La madre de Jordi pensaba que Jordi no la oía, pero sí que la oía. Solía decirle que Jordi no quería ir al parque nunca, y que cuando lo llevaba, se quedaba parado y, como mucho, con las piedrecitas que hallaba por el suelo construía figuras geométricas. Otras veces su madre también le contaba a esa señora por teléfono que a Jordi no le gustaba ver la tele, sólo veía “Mr Bean”. Jordi, aún ahora, que sigue recordando estas cosas, no entiende el porqué le causaba tal hastío a su madre el hecho de que fuese un niño especial que no se divertía con lo que todos los niños solían divertirse. Cuando llegó a cuarto de primaria y le dijo a su madre: “No quiero tomar la comunión y no me importa que todos los niños de mi clase la tomen, a mí me aburren las misas y no son importantes para mí”, ésta se alborotó tanto que se largó a su habitación llorando y exclamando que su hijo era un satánico. En esos momentos Jordi no sabía lo que era un satánico, pero no le parecía que fuese nada malo. Al decidir él por voluntad propia no consagrarse y al no poder conseguirlo su madre por ningún medio ni con ningún soborno, en el colegio regido por una orden religiosa en el cual Jordi estudiaba decidieron que no podría seguir allí sus estudios bajo la excusa de que sólo los niños consagrados podrían estudiar allí. Pero Jordi sabía que eso era mentira, pues su compañero vietnamita no se consagraría y nadie haría nada para que lo hiciese. El verdadero motivo por el cual echaron a Jordi era por su ingenio, que abundaba y sobresalía del resto con una inminente diferencia. Además, su inteligencia estaba más que desarrollado para su edad, a veces debatía principios morales sin él saber lo que estaba haciendo. Desconfiaba de la iglesia y del orden estatal. Eso no se podía permitir a su edad. El colegio sólo necesitaba una pequeña excusa para echarlo, y ahora la tenían. A la madre de Jordi le entró un ataque de ansiedad. Ahora lo tendría que llevar a un colegio público, y eso ella no lo quería, creía que su “status quo” descendería, una familia de una clase acomodada nunca debe llevar a sus hijos a colegios públicos donde se puedan relacionar con la prole, y con niñas de barrios bajos. Pero no tenía otro remedio, pues los otros privados ya tenían las plazas completas y porque Jordi lloraba cada vez que su madre le hablaba de algún centro que también estuviese relacionado con la iglesia. La semana siguiente Jordi acudió a las clases de un colegio público. Se sentó como siempre en la última fila y se sintió más observado que nunca. Sus compañeros no llevaban camisas de botones, ni pantalones de tela, ni zapatos de cuero. En las miradas de sus compañeros percibía miedo, pero no odio ni envidia. Sólo miedo. Después se fijo en que por primera vez, había también niñas en su clase. Jordi nunca había hablado con una niña y no tenía claro si se comportaban como sus anteriores compañeros. En su colegio de antes no podían estudiar las chicas, y en el parque, las pocas veces que había ido, no recordaba qué hacían éstas. Algunas le parecían guapas, le gustaba mirar el cabello de las niñas y pensar en cómo estaría él con un pelo tan largo. Cuando terminaron las clases, bajó al recreo. Allí tampoco se relacionaba con nadie. Pero se entretenía como siempre, solo. En una ocasión una niña con los vaqueros rotos se le acercó en las escaleras. - ¿Cómo te llamas? - Jordi. - Ya lo sabía. - Y, ¿por qué me lo preguntas, si puede saberse? - No sé. Yo me llamo Julia. ¿Me podrías dar un poco de tu almuerzo? - Sí, toma, no como mucho. Acábatelo. - Gracias. ¿Qué estás haciendo? - Escribo. - ¿Tenemos deberes? - No. Escribo porque me gusta. - A mí también me gustaría hacer cosas de mayores, como tú. - No son cosas de mayores. Cualquiera puede escribir. - ¿Cómo se titula? - Nunca pongo títulos, creo que los títulos acondicionan al lector, y eso no me gusta. - No te entiendo. - No importa. Pasaron los cursos y terminó Jordi sus estudios primarios. Había progresado un poco y se podía relacionar con algunas de las chicas de clase. Su madre ya se había adaptado a la personalidad de su hijo y respetaba su opinión de seguir estudiando en un instituto público. Al menos, se decía su madre, ya no llora cuando llega a casa. - Joan, nuestro hijo nos ha salido un rebelde, un antisistema, un satánico. - No exageres, no será para tanto. - Sí, lo sabes. - Eso ya se le pasará. - Tú nunca le haces caso. - Eras tú quien quería tener hijos. Cuando Jordi estaba en el tercer curso de sus estudios secundarios, descubrió que mientras que todos sus compañeros hablaban de sus impulsos sexuales, él no sabía qué decir porque no los sentía. A veces, cuando ya tenía un grupo de amigos estable y le preguntaban por sus preferencias sexuales, él respondía con monosílabos o con afirmaciones confusas. Elidía esos temas pues no le causaban el más mínimo interés. A veces, sus amigos iban a casa de Jordi a ver alguna película, o a jugar a algún juego del ordenador. A Jordi no le entretenían demasiado los juegos del ordenador, pero las películas sí que solían gustarle. Le apasionaría ser director de cine, porque así mezclaría dos de sus pasiones: la literatura y el arte de las imágenes. - Joan, el niño nos llena la casa de perroflautas. ¿Has visto? Casi todos son de clase baja, y como no tienen dinero para ordenadores se aprovechan de nuestro niño. ¿y has visto a aquél, que lleva un pendiente y una rasta? - No querías que hiciera amigos, ahí los tienes. Jordi fue creciendo, acabó la secundaria y empezó el bachillerato. Seguía quedando con sus amigos y haciendo las cosas que más le podrían molestar a su familia: ir a manifestaciones contra el gobierno, por la defensa de la lengua, en contra del maltrato animal, y, la que más fastidió a su familia y más rebelde lo hizo sentir, por la legalización de los cannabis. - Joan, ¡que nuestro niño es también uno de esos raritos anarquistas! - Eso es la edad, mujer, no te alarmes, ahora está eso de moda, dentro de unos meses será la moda el ser de la alta sociedad. No te alteres. Además, sigue no bajando del excelente y se comporta bien en casa. No lo juzgues por eso. Una tarde, Jordi hallábase en la biblioteca de su liceo, intentando componer una poesía basada en el “beatus ille” horaciano. Un chico de un curso más que él se sentó a su lado. Jordi lo miró pero no le preguntó nada y volvió a concentrarse en lo suyo. - ¿Qué escribes? - Algo de lírica. - ¿Por gusto? - Sí. - Te admiro. Yo por gusto nunca he pasado de la narrativa. - ¿Te gusta la literatura? - La amo, estudio humanidades. - Yo también – sonrió, por fin, Jordi. - Irás a primero, ¿no? - Sí. Nunca te había visto por estos lares. - Lo sé, suelo esconderme del mundo, no soy muy querido. - Bueno, a lo mejor el mundo no te merece a ti – sonrió amistosamente Jordi. - En fin, ¿te sales y nos hacemos un cigarrito aliñado? - ¿Cómo sabes que yo fumo…? - Sé quiénes son tus amigos. Eso se sabe. Además, sé que comentan que llegaste como el más pijo de todos y que poco a poco te fuiste haciendo algo anarquista. - Bueno, cuando era pequeño me vestía mi madre, y ahora me visto yo. Eso es todo. - Claro, claro. Salieron de la biblioteca y se ocultaron en la parte trasera del instituto, donde todos acostumbraban a fumar. El chico que se había acercado a Jordi sacó de su bolsillo una bolsita hermética llena de hierba y le pidió un cigarro a Jordi. - Sólo tengo de liar, ¿te sirve? - Sí, ve preparándome cartón. Se fumaron todo el cigarrillo aliñado mientras conversaban de cosas triviales. - Me alegro de haberte conocido. No abundan por aquí los amantes de la literatura, ni los fervorosos seguidores de los clásicos. Eres de los poco que junto a mí se habrán leído Eneida, Odisea e Ilíada. - Cierto, cierto, yo también me alegro mucho. Por cierto, ¿te llamas Jordi? - Oh, craso error, no habernos presentado antes. Sí, soy Jordi, ¿y tú? - Carles, me llamo Carles. Y así se selló una amistad entre ellos. Esa misma noche, pues era viernes, Jordi había quedado con su grupo de amigos para jugar al truc en el antro donde solían reunirse. Jordi les comentó a quién había conocido y lo bien que se habían llevado. Entonces todos sus amigos empezaron a reír a carcajadas. - ¿De qué os reís?- preguntó inquieto Jordi. - ¡De que te has hecho amigo del parguela! - ¿Parguela? ¿Queréis decir que Carles es homosexual? - ¡Claro! Lo sabe todo el mundo, por eso no está nunca en el instituto, porque todos se meten con él. - Bueno, y vosotros, tan modernos y tolerantes, ¿qué hacéis ahora? También os estáis riendo de él… - No nos reímos de que sea gay, nos reímos de que ha intentado ligar contigo, aunque a lo mejor a ti te va eso, que nunca nos cuentas nada de las chicas a las que te cepillas – respondió uno de sus amigos, con un tono entre irónico y burlón. Acto seguido, irritado, Jordi se largó del antro y se dirigió hasta la zona de detrás del instituto. Sabía que no habría nadie. Efectivamente, estaba solo. Se fumó un pitillo y regresó a su casa. Sus padres ya estaban durmiendo, así que se preparó un vaso de leche y luego, se acostó. Le irritaba el hecho de que sus amigos, quienes lo habían introducido en unos ideales marcados por la igualdad y por la tolerancia, ahora fuesen tan hipócritas como para juzgar la orientación sexual de la gente y atribuyéndoles despectivos como “parguela”. Le costó dormirse, pues ahora había una duda que lo corrompía. Esa duda le surgía por los últimos vocablos de su amigo Quimy: “No nos reímos de que sea gay, nos reímos de que ha intentado ligar contigo, aunque a lo mejor a ti te va eso, que nunca nos cuentas nada de las chicas a las que te cepillas”. ¿Realmente Carles intentaba ligar con él? ¿A caso un homosexual no podía tener amigos de su mismo sexo? A lo mejor Carles sólo quería un poco de compañía, todos se metían con el pobre, sólo por ser homosexual, hasta los más liberales. Pero, ¿por qué había dicho Quimy que él mismo podía ser también homosexual? ¿Sólo porque nunca hablaba de mujeres? En verdad a Jordi las mujeres no le atraían, bueno, a ver, sí, sabía cuando una mujer era guapa, y le gustaba mirar cómo vestían, y sus cabellos, y su personalidad… Sabía que las mujeres con mucho pecho no le gustaban, ni las que se maquillaban mucho, ni las que se hacían las chulas, ni las que llevaban faldas muy cortas… Jordi podría besar sin ningún asco a cualquier chica normal, siempre que fuera simpática y, sobre todo, inteligente. Pero a diferencia de sus compañeros, no sentía ese ardor sensual ni esos deseos psicalípticos, ni su imaginación se desbordaba por los rincones más obscenos de su imaginación. Asexual. Eso. Lo había leído en revistas. Aproximadamente el 1% de la población es asexual, él podría formar parte de ahí. Si no le atraían las chicas no tenían el porqué atraerle los chicos, Puede que no le gustase nada, sólo la amistad con las personas. Sí, seguro que él era asexual. Eso no era malo. No era bueno, pero tampoco era malo. Eso sí, no iba a dejar que por aceptación social dejara de hablar con Carles. Ahora era su amigo y lo trataría como a tal. Entre estos pensamientos se durmió Jordi, intenta convencerse a sí mismo de que, a pesar de que afectivamente se sentía muy a gusto con Carles, la simple idea de practicar la sodomía lo hacía mostrar muecas de disgusto e incluso se decía a sí mismo: “Es imposible, por ahí no me cabe”. En una semana no volvió a ver a Carles en el instituto, y eso que disimuladamente él revisaba todos los rincones del instituto buscándolo con la mirada. Ese tema no volvió a surgir entre el grupo de amigos. Quimy se disculpó y todo siguió con normalidad. Pero Jordi estaba inquieto. ¿Cómo podía desaparecer de tal manera un ser humano? Era imposible. Cuando terminó la clase del viernes, les dijo Jordi a sus amigos que fuesen yendo hacia el antro, que después de merendar ya acudiría él, que tenía que ayudar a su madre con unos papeleos. En realidad, Jordi se refugió en la biblioteca, sacó un libro de Unamuno, empezó a leer, pero no entendía lo que leía. Los nervios lo hacían ahogarse. Levantaba la mirada cada minuto, pero Carles seguía sin aparecer. ¿Por qué estaba haciendo eso el bueno de Jordi? Si él no sentía nada por Carles… Sí, pero, entonces, ¿por qué estaba allí, donde una semana antes lo había conocido? ¿por qué, lejos de vestir con sus camisetas de grupos de música y sus pantalones al estilo hippie ese día precisamente se había puesto unos pantalones vaqueros y un estilo mucho más bohemio, que encajaba a la perfección con el misterioso estilo de Carles? Mientras se hacía Jordi estas cuestiones, entró en la biblioteca Carles. El nerviosismo de Jordi, lejos de ser calmado, se aceleró. Carles parecía no haber divisado a Jordi. ¿Qué podía hacer entonces Jordi? Carles ya se había sentado en otra mesa. Jordi tenía que armarse de valor para decirle algo a Carles. Esperaría quince minutos de cortesía mientras fingía que leía y se acercaría a la mesa, lo saludaría, y le ofrecería salir a fumar. Sí, eso era un buen plan, se decía. Pasaron los quince minutos y Carles seguía anonadado leyendo un libro de tapas rojas. Esperó cinco minutos más y se levantó. Se acercó hacia la mesa donde se hallaba Carles y lo saludó. - ¡Ey!, ¿qué tal la semana? - Bien, bueno, mucho examen y mucho estrés, ¿y tú? No te he visto por aquí… - Bueno, no voy mucho a clase, no me hace falta, puedo estudiar por mi cuenta. - Ajá, ¿quieres, quieres salir y nos fumamos unos cigarros? - Me encantaría, ve saliendo, que tengo que llevarme unos apuntes. - Vale. Salió Jordi maldiciéndose por haberle mirado los ojos a Carles. Le encantaban los ojos de Carles. Se maldijo nuevamente por ello. ¿Pero, y si era homosexual él, que tenía de malo? Esperó cinco minutos que se le hicieron eternos y llegó Carles. Hablaron sobre muchas cosas cultas de las que Jordi no podía hablar con ninguno de sus amigos porque si lo hacía lo llamaban pedante o prepotente. Rieron con anécdotas sobre la escasa organización del liceo. Jordi le preguntó a Carles que qué estudiaría el próximo año, y Carles le respondió que posiblemente “Traducción y mediación interlingüística”. La conversación no se hacía incomoda a pesar de que a veces se producían periodos de silencios. Jordi pensaba que Carles lo invitaría a salir, pero no fue así. Pasaron tres semanas viéndose en esos pequeños ratitos hasta que Carles se decidió a preguntarle si le gustaría quedar esa noche. Jordi, aceptó la propuesta. Habían quedado en ese mismo lugar después de cenar. Carles vivía solo. Le había dicho que podrían fumar en su piso. Jordi no sabía si pensar mal. Seguía sin sentirse atraído por los hombres sexualmente, pero le apetecía muchísimo la compañía de Carles. Ambos llegaron prácticamente a la vez porque se vieron andando cada uno desde una punta de la calle. Los dos se habían cambiado la ropa, pero iban vestidos de manera informal, con pantalones vaqueros y una camiseta de manga corta. Se chocaron la mano y Carles lo guió hasta su casa. Subieron los dos pisos sin ascensor y se sentaron en el salón. - ¿Qué han dicho tus amigos sobre que quedes conmigo? - No saben… - Ah, tranquilo, no importa. Creía que se lo habrías dicho, parecen muy amables. - Sí, bueno… - No estés tan tenso, que no te voy a matar. - Je,je – rió patéticamente Jordi - ¿y, cómo es que vives solo si tienes dieciocho años todavía? - Ah, porque mis padres viven en el interior, y allí hay muy pocos institutos públicos, y los que hay no dan ninguno las asignaturas que yo necesitaba para la carrera, y como tenía mi padre este piso aquí abandonado lo reformó para que viviese aquí. Ellos vienen dos fines de semana al mes. Nos llevamos bien la verdad. - Qué bien, vivir solo… ojalá yo pudiera… - Pero a ti te lo harán todo… - Pero mi madre es insoportable, siempre está disconforme con todo lo que hago. - Imagínate cuando yo les conté lo mío cómo se lo tomaron… - ¿Lo tuyo? ¿Qué quieres decir? - Venga, Jordi, no te hagas el despistado, que es obvio que lo sabes, como todos… - Bueno, lo sé, pero lo sé porque me lo dijeron mis amigos, yo no lo habría notado, hay a quienes se les nota y parecen muy finos pero tú… mejor me callo, que no quiero ofender… - Tranquilo, que no me ofendes, hombre, somos amigos. Podemos hablar de estas cosas. Con el consumo de psicótropos, la conversación fue más fluida, y poco a poco se sinceraron, de manera que como cualquier hado hubiese predicho, la velada finalizó con un beso, que no desconcertó a ninguno de los dos, pues verdaderamente ambas partes conocían ya de sobra que eso acabaría ocurriendo, antes de que el sol saliera. Siguieron quedando algunas semanas, y todo seguía en el orden establecido. Los amigos de Jordi sospechaban lo que sucedía, pero arrepentidos por haber ofendido anteriormente, no mencionaban nada al respecto. Jordi seguía inquieto, temeroso, no sabía por qué, pero sabía que no quería que la cosa pasara a mayores. Seguía sin sentir ninguna tensión sexual, sólo sentía afecto, y no le molestaba tampoco el besarlo, es más, en ocasiones hasta le parecía bucólico y tierno, al fin y al cabo todos necesitan afecto. Por suerte, Carles, consciente de la metamorfosis que se producía en la vida de Jordi, seguía sin ningún tipo de prisa o de presión. Confiaba en que tarde o temprano Jordi sería quien sugiriera algo. Pero tras dos meses de encuentros eso no pasaba, pero, al menos, se consolaba Carles pensando que prácticamente todas las amistades de ambos conocían la relación existente y ninguno de los dos se avergonzaba de ello. Jordi se iba adaptando y se sentía bien. Creía que algún día sería capaz de dar el siguiente paso sin miedos, pero todavía era pronto. En cuanto a sus padres, sabía que su madre se escandalizaría, pero ya estaba acostumbrado a sobrellevar el genio de su madre, por eso ésa era una cuestión que no le preocupaba en absoluto. Durante el estío sus amigos y él se fueron a un festival de rock. Se despidió de Carles y partió con el coche de Xisco hasta el lugar en que tal festival se celebraba. Como en todo buen festival, la droga estaba a la orden del día y la euforia abundaba. Precisamente esa euforia hizo que Jordi se acercase junto a sus amigos a un grupo de chicas que parecían ser heavys. Se presentaron y una chica se quedó mirándolo fijamente. La chica vestía una falda negra y una camiseta con las mangas de encaje. Sus uñas estaban cortadas formando cuadrados perfectos y se había aplicado una buena capa de laca de uñas negra. Tenía tatuajes a la vista, tenía una calavera tatuada en el brazo izquierdo, el nombre de su grupo favorito en la muñeca y una sigma mayúscula en alfabeto griego en su cuello. Los pendientes también abundaban. Era muy guapa, y no sabía Jordi el porqué lo miraba. - Por Dios, ¡Eres tú!, ¿Jordi? - Sí, tú eres… - ¡Julia! Me diste tu almuerzo en un recreo, pero ya no te había vuelto a ver… - ¡Oh, sí! Es verdad… ¡Cuánto tiempo!, y, ¡Cómo has cambiado! No pareces la misma niña… - Bueno, tú llegaste siendo el más pijo de todo el colegio, y ahora pareces más que nada hippie. - Todos cambiamos – sonrió Jordi. Los amigos se miraban preguntándose si sería lícito que un homosexual tuviese una conversación tan fluida con una chica que claramente se hallaba drogada en gran cantidad y que claramente intentaba filtrear con Jordi. Se retiraron. Las amigas también se retiraron con ellos. Los observaban de lejos. Jordi era mucho más alto que Julia. Se les veía felices. - ¿Nos fumamos uno en honor de los viejos tiempos? – propuso Julia. - Sí, pero lo lías tú, que voy demasiado hinchado como para semejante propósito. - Genio y figura hasta la sepultura. Me encanta tu elegante dialéctica. - A mí me encantan tus ojos, en serio, ¿cómo pueden ser tan negros? - Tengo ascendencia turca, mi padre es moro. - Oh, mi madre te odiaría. - ¿Quieres pasar a mi tienda y hacemos un submarino? - Sí, por Dios. Haciendo dicho submarino, con el calor que les ofrecía el humo, terminaron por quedarse ambos con solamente sus prendas menores. Jordi sonrió, era la primera vez en su vida, en sus dieciocho años de vida, en que había sentido algo así. Era eso lo que se sentía al poseer deseos sexuales. Se abalanzó sobre Julia y la besó, la besó hasta que ella no podía más y se apartó, se quitó la poca ropa que le quedaba y se dejó llevar por el ambiente licencioso en que los psicótropos los habían envuelto. Jordi perdió su virginidad y supo que había estado toda su vida esperando a Julia.