miércoles, 12 de enero de 2011

página 252 "La catedral del mar"

"¿Cuántas noches había soñado con abrazarla? ¿Cuántas noches había fantaseado con su cuerpo? Aledis no forcejeaba; se limitaba a mirarlo, traspasándolo con sus grandes ojos castaños.
Le destapó la boca,
-Te necesito- oyó que le susurraban sus labios.
Después, aquellos labios se acercaron a los suyos y lo besaron, dulces, suaves, anhelantes.
¡Su sabor! Arnau se estremeció.
Aledis temblaba.
Su sabor,su cuerpo,... su deseo.
Ninguno de los dos pronunció más palabras.
Aquella noche, Aledis no bajó a espiar a los aprendices.